La naturaleza nos reclama

Hernán Yaguana Romero

La época actual tiene mucha similitud con lo expresado en la obra 1984 de George Orwell, donde se da a conocer como la manipulación de la información y la vigilancia pueden originar sociedades totalitarias y represoras. Sin duda, hoy estamos expuestos a concebir las emociones, las falsas ideas, las creencias y las convicciones como hechos lógico-verídicos, por eso es que la palabra post-verdad se ha convertido, en la última década, en uno de los términos más populares que describe las circunstancias bajo las cuales se encuentra nuestra sociedad. Pero post-verdad, más que reafirmar el concepto de lo real y lo cierto, es un neologismo que describe la deformación deliberada de la realidad. En su entorno nos deja ver cómo los medios alternativos cortocircuitan a las formas tradicionales de comunicación creando nuevos actores activos de la opinión pública. Y cómo un simple posteo puede desatar una concentración de personas con resultados impensables. Este fenómeno desvirtualizador de la realidad no sólo está presente en el campo de la publicidad, sino también en el político, en el empresarial y en otros que a lo mejor ni siquiera lo han notado.

¿Qué hacer ante tantas fake news? Creo que lo primero sería buscar la verdad, desde la duda, no dejándonos convencer fácilmente, siendo escépticos ante todo lo novedoso y publicitario, desistiendo a tantos influenciadores de fantasía y del “entredicho”. No está por demás bajarnos de avión supersónico en el cual viajamos y volver a caminar a pie por las calles y campos, que nuestras plantillas sientan el rigor de las piedras y escombros. También debemos volver a contemplar la naturaleza, oler el aroma natural de la vida, y relacionarnos más entre nosotros, dándonos tiempo y espacio para que el Eros aflore en su máxima expresión. (O)

[email protected]

Hernán Yaguana Romero

La época actual tiene mucha similitud con lo expresado en la obra 1984 de George Orwell, donde se da a conocer como la manipulación de la información y la vigilancia pueden originar sociedades totalitarias y represoras. Sin duda, hoy estamos expuestos a concebir las emociones, las falsas ideas, las creencias y las convicciones como hechos lógico-verídicos, por eso es que la palabra post-verdad se ha convertido, en la última década, en uno de los términos más populares que describe las circunstancias bajo las cuales se encuentra nuestra sociedad. Pero post-verdad, más que reafirmar el concepto de lo real y lo cierto, es un neologismo que describe la deformación deliberada de la realidad. En su entorno nos deja ver cómo los medios alternativos cortocircuitan a las formas tradicionales de comunicación creando nuevos actores activos de la opinión pública. Y cómo un simple posteo puede desatar una concentración de personas con resultados impensables. Este fenómeno desvirtualizador de la realidad no sólo está presente en el campo de la publicidad, sino también en el político, en el empresarial y en otros que a lo mejor ni siquiera lo han notado.

¿Qué hacer ante tantas fake news? Creo que lo primero sería buscar la verdad, desde la duda, no dejándonos convencer fácilmente, siendo escépticos ante todo lo novedoso y publicitario, desistiendo a tantos influenciadores de fantasía y del “entredicho”. No está por demás bajarnos de avión supersónico en el cual viajamos y volver a caminar a pie por las calles y campos, que nuestras plantillas sientan el rigor de las piedras y escombros. También debemos volver a contemplar la naturaleza, oler el aroma natural de la vida, y relacionarnos más entre nosotros, dándonos tiempo y espacio para que el Eros aflore en su máxima expresión. (O)

[email protected]

Hernán Yaguana Romero

La época actual tiene mucha similitud con lo expresado en la obra 1984 de George Orwell, donde se da a conocer como la manipulación de la información y la vigilancia pueden originar sociedades totalitarias y represoras. Sin duda, hoy estamos expuestos a concebir las emociones, las falsas ideas, las creencias y las convicciones como hechos lógico-verídicos, por eso es que la palabra post-verdad se ha convertido, en la última década, en uno de los términos más populares que describe las circunstancias bajo las cuales se encuentra nuestra sociedad. Pero post-verdad, más que reafirmar el concepto de lo real y lo cierto, es un neologismo que describe la deformación deliberada de la realidad. En su entorno nos deja ver cómo los medios alternativos cortocircuitan a las formas tradicionales de comunicación creando nuevos actores activos de la opinión pública. Y cómo un simple posteo puede desatar una concentración de personas con resultados impensables. Este fenómeno desvirtualizador de la realidad no sólo está presente en el campo de la publicidad, sino también en el político, en el empresarial y en otros que a lo mejor ni siquiera lo han notado.

¿Qué hacer ante tantas fake news? Creo que lo primero sería buscar la verdad, desde la duda, no dejándonos convencer fácilmente, siendo escépticos ante todo lo novedoso y publicitario, desistiendo a tantos influenciadores de fantasía y del “entredicho”. No está por demás bajarnos de avión supersónico en el cual viajamos y volver a caminar a pie por las calles y campos, que nuestras plantillas sientan el rigor de las piedras y escombros. También debemos volver a contemplar la naturaleza, oler el aroma natural de la vida, y relacionarnos más entre nosotros, dándonos tiempo y espacio para que el Eros aflore en su máxima expresión. (O)

[email protected]

Hernán Yaguana Romero

La época actual tiene mucha similitud con lo expresado en la obra 1984 de George Orwell, donde se da a conocer como la manipulación de la información y la vigilancia pueden originar sociedades totalitarias y represoras. Sin duda, hoy estamos expuestos a concebir las emociones, las falsas ideas, las creencias y las convicciones como hechos lógico-verídicos, por eso es que la palabra post-verdad se ha convertido, en la última década, en uno de los términos más populares que describe las circunstancias bajo las cuales se encuentra nuestra sociedad. Pero post-verdad, más que reafirmar el concepto de lo real y lo cierto, es un neologismo que describe la deformación deliberada de la realidad. En su entorno nos deja ver cómo los medios alternativos cortocircuitan a las formas tradicionales de comunicación creando nuevos actores activos de la opinión pública. Y cómo un simple posteo puede desatar una concentración de personas con resultados impensables. Este fenómeno desvirtualizador de la realidad no sólo está presente en el campo de la publicidad, sino también en el político, en el empresarial y en otros que a lo mejor ni siquiera lo han notado.

¿Qué hacer ante tantas fake news? Creo que lo primero sería buscar la verdad, desde la duda, no dejándonos convencer fácilmente, siendo escépticos ante todo lo novedoso y publicitario, desistiendo a tantos influenciadores de fantasía y del “entredicho”. No está por demás bajarnos de avión supersónico en el cual viajamos y volver a caminar a pie por las calles y campos, que nuestras plantillas sientan el rigor de las piedras y escombros. También debemos volver a contemplar la naturaleza, oler el aroma natural de la vida, y relacionarnos más entre nosotros, dándonos tiempo y espacio para que el Eros aflore en su máxima expresión. (O)

[email protected]