Desigualdad y conflicto

Ronny Correa-Quezada

La participación del sector indígena como protagonista de las protestas a las medidas económicas adoptadas en días anteriores, y posteriormente eliminadas, abrió un escenario ya sea de apoyo o de inconformidad de varios otros sectores. Estemos de acuerdo o no con estas posturas y opiniones, lo cierto es que el sector indígena, así como otras minorías siempre han estado marginados y excluidos de las dinámicas de desarrollo. Esto se debe a dos factores, por un lado falta de voluntad política y a la ausencia de políticas regionales que aborden estos temas; en este contexto algunas consideraciones de como esto afecta -y seguirá afectando- a la sociedad.

En primera instancia los problemas de desarrollo y las políticas para combatir la pobreza se los ha enfocado desde un punto de vista de desigualdad vertical (es decir la existente entre individuos y hogares sin atención a sus características intrínsecas), y no desde la desigualdad horizontal que se refiere a las diferencias entre grupos con identificaciones compartidas, surgidas para el caso que nos ocupa de la pertenencia a un grupo étnico. Estas identidades son sensibles a cambios del entorno político, económico y social, y pueden también ocasionar la movilización política de ciertos grupos; independiente de su pleno –y justo- derecho a reclamar si su economía y forma de vida se ven afectadas por políticas económicas.

También, los colectivos étnicos están geográficamente concentrados, y si los procesos de producción y riqueza de ciudades del país dejan de lado a los grupos que no están localizados en estas zonas dinámicas o en sus límites, se intensifica la pobreza en estos territorios. Estas desigualdades entre grupos étnicos pueden conducir a conflictos, lo cual afecta al crecimiento económico y al desarrollo social. (O)

[email protected]

Ronny Correa-Quezada

La participación del sector indígena como protagonista de las protestas a las medidas económicas adoptadas en días anteriores, y posteriormente eliminadas, abrió un escenario ya sea de apoyo o de inconformidad de varios otros sectores. Estemos de acuerdo o no con estas posturas y opiniones, lo cierto es que el sector indígena, así como otras minorías siempre han estado marginados y excluidos de las dinámicas de desarrollo. Esto se debe a dos factores, por un lado falta de voluntad política y a la ausencia de políticas regionales que aborden estos temas; en este contexto algunas consideraciones de como esto afecta -y seguirá afectando- a la sociedad.

En primera instancia los problemas de desarrollo y las políticas para combatir la pobreza se los ha enfocado desde un punto de vista de desigualdad vertical (es decir la existente entre individuos y hogares sin atención a sus características intrínsecas), y no desde la desigualdad horizontal que se refiere a las diferencias entre grupos con identificaciones compartidas, surgidas para el caso que nos ocupa de la pertenencia a un grupo étnico. Estas identidades son sensibles a cambios del entorno político, económico y social, y pueden también ocasionar la movilización política de ciertos grupos; independiente de su pleno –y justo- derecho a reclamar si su economía y forma de vida se ven afectadas por políticas económicas.

También, los colectivos étnicos están geográficamente concentrados, y si los procesos de producción y riqueza de ciudades del país dejan de lado a los grupos que no están localizados en estas zonas dinámicas o en sus límites, se intensifica la pobreza en estos territorios. Estas desigualdades entre grupos étnicos pueden conducir a conflictos, lo cual afecta al crecimiento económico y al desarrollo social. (O)

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Ronny Correa-Quezada

La participación del sector indígena como protagonista de las protestas a las medidas económicas adoptadas en días anteriores, y posteriormente eliminadas, abrió un escenario ya sea de apoyo o de inconformidad de varios otros sectores. Estemos de acuerdo o no con estas posturas y opiniones, lo cierto es que el sector indígena, así como otras minorías siempre han estado marginados y excluidos de las dinámicas de desarrollo. Esto se debe a dos factores, por un lado falta de voluntad política y a la ausencia de políticas regionales que aborden estos temas; en este contexto algunas consideraciones de como esto afecta -y seguirá afectando- a la sociedad.

En primera instancia los problemas de desarrollo y las políticas para combatir la pobreza se los ha enfocado desde un punto de vista de desigualdad vertical (es decir la existente entre individuos y hogares sin atención a sus características intrínsecas), y no desde la desigualdad horizontal que se refiere a las diferencias entre grupos con identificaciones compartidas, surgidas para el caso que nos ocupa de la pertenencia a un grupo étnico. Estas identidades son sensibles a cambios del entorno político, económico y social, y pueden también ocasionar la movilización política de ciertos grupos; independiente de su pleno –y justo- derecho a reclamar si su economía y forma de vida se ven afectadas por políticas económicas.

También, los colectivos étnicos están geográficamente concentrados, y si los procesos de producción y riqueza de ciudades del país dejan de lado a los grupos que no están localizados en estas zonas dinámicas o en sus límites, se intensifica la pobreza en estos territorios. Estas desigualdades entre grupos étnicos pueden conducir a conflictos, lo cual afecta al crecimiento económico y al desarrollo social. (O)

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Ronny Correa-Quezada

La participación del sector indígena como protagonista de las protestas a las medidas económicas adoptadas en días anteriores, y posteriormente eliminadas, abrió un escenario ya sea de apoyo o de inconformidad de varios otros sectores. Estemos de acuerdo o no con estas posturas y opiniones, lo cierto es que el sector indígena, así como otras minorías siempre han estado marginados y excluidos de las dinámicas de desarrollo. Esto se debe a dos factores, por un lado falta de voluntad política y a la ausencia de políticas regionales que aborden estos temas; en este contexto algunas consideraciones de como esto afecta -y seguirá afectando- a la sociedad.

En primera instancia los problemas de desarrollo y las políticas para combatir la pobreza se los ha enfocado desde un punto de vista de desigualdad vertical (es decir la existente entre individuos y hogares sin atención a sus características intrínsecas), y no desde la desigualdad horizontal que se refiere a las diferencias entre grupos con identificaciones compartidas, surgidas para el caso que nos ocupa de la pertenencia a un grupo étnico. Estas identidades son sensibles a cambios del entorno político, económico y social, y pueden también ocasionar la movilización política de ciertos grupos; independiente de su pleno –y justo- derecho a reclamar si su economía y forma de vida se ven afectadas por políticas económicas.

También, los colectivos étnicos están geográficamente concentrados, y si los procesos de producción y riqueza de ciudades del país dejan de lado a los grupos que no están localizados en estas zonas dinámicas o en sus límites, se intensifica la pobreza en estos territorios. Estas desigualdades entre grupos étnicos pueden conducir a conflictos, lo cual afecta al crecimiento económico y al desarrollo social. (O)

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