Andrés Ontaneda V.
Días atrás compartí con un grupo de adolescentes una conferencia de emprendimiento, y uno de los estudiantes preguntó: ¿Trabajar o emprender es fácil?
Mi silencio enmudeció el auditorio, sin embargo, tuve una respuesta. Me hizo recordar las palabras del Papa Francisco: Una persona tiene dignidad exclusivamente por el trabajo, y quien no tiene la intención de trabajar juega con su dignidad y esto es lo que nos asemeja a Dios. En cuanto a emprender, no es fácil, ni todo lo bueno es fácil, conlleva sufrimiento, pérdida, tristeza, preparación para conseguirlo.
Al fondo del auditorio se encontraba un chico con discapacidad visual y me preguntó nuevamente. Sí el trabajo dignifica al hombre y emprender no es fácil. ¿Quiénes lo hacen es por pasión o solo por obtener dinero? ¡Nadie me había hecho esta pregunta en mi vida! De verdad me encantó.
Un día un profesor estaba almorzando en el comedor de la universidad y de pronto un estudiante se sentó a su lado, y el profesor muy enojado le dijo: «¡Estudiante, Ud. no entiende! Un puerco y un pájaro no se sientan a comer juntos». A lo que el estudiante le contestó: «Esté usted tranquilo, profesor, yo me voy volando», y se cambió de mesa… El profesor se puso verde de rabia, porque entendió que el estudiante le había llamado puerco. Días después, el profesor le hizo la siguiente interpelación: «Si usted va caminando por la calle y se encuentra con dos bolsas y dentro de ellas están la sabiduría y mucho dinero, ¿Cuál de las dos se lleva?». El alumno responde sin titubear: «¡Claro que el dinero, profesor!». El profesor sonriendo le dice: «Yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?»… El alumno responde: «Cada uno toma lo que no tiene profesor».
Los sueños se construyen con amor, el éxito se consigue con mucha pasión y la vida se vive con dignidad. (O)