El poder de la palabra

Guido Favián Quirola

Es que cada palabra tiene su poder, su encanto, su historia, su contenido, su significado; cada palabra edifica o destruye, enlaza o separa; inspira o puede sumir en la más profunda de las depresiones a quien la escucha; un pequeño conjunto de ellas forma una oración que puede formar un párrafo, que puede formar un texto, que puede contener un mensaje que se transporta hasta llegar a su destino. A veces, la palabra misma es el mensaje, a veces un mensaje de fe.

Cada palabra tiene su textura, su matiz, su fuerza su densidad, su espacio, su temperatura; son algo mágico con lo que podemos jugar, combinar, transmitir, transformar, inmortalizar un mensaje, una sensación, una emoción. un sentimiento!.

Una palabra abre puertas o cierra corazones, nos acerca o nos aleja, vulnera sentimientos, endurecen posiciones, quebranta sensibilidades, hiere o cura, puede ser tan fría para congelar o tan cálida para abrigarte, inspirarte, emocionarte…hacerte crecer!.

Entre palabras se acompañan, se dan fuerzas, se compensan, se endurecen, se suavizan, se apoyan y también se oponen se enfrentan se contraponen, marcan una distancia tan grande o tan pequeña que “divinamente” puede ser atenuada con otra palabra. Enfatizan o diluyen un mensaje, una idea, un objetivo… una relación! y lo mejor de todo, el poder de la palabra es inherente a cada uno de nosotros y podemos bloquearlas o recibirlas, aceptarlas e interiorizarlas, apropiarnos de ellas y luego entregarlas como un grato y divino regalo de ti para ti o de ti para alguien.

Grato es el poder de la palabra… Una pequeña y alentadora palabra de afecto en este bueno y bendecido día!.

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