PhD, ¿ser o no ser?

Santiago Ochoa

El 9 de abril del presente año se envió a la Asamblea el proyecto de Ley para la Reforma de la Ley de Educación Superior, el cual pretende eliminar el requisito de título de PhD para ser rector o profesor titular a nivel universitario, dado que la obtención del título es “elitista” y por la “escasez de profesionales con dicho título”, etc.

Sin embargo, la realidad, contradice a tan vagos argumentos:

Según la Senescyt, 1.643 becas para estudio de doctorado han sido entregadas hasta 2018. El 70% de los becarios habría terminado ya su doctorado y 441 estarían por retornar para 2023, año en el cual las instituciones de educación superior deberán cubrir todas sus plazas con profesionales de dicho título.

Todos los lectores estarán de acuerdo en que Ecuador necesita desarrollarse y la educación es uno de los principales componentes dentro de los indicadores de desarrollo. En la educación superior el número de PhD y de investigaciones científicas, es un factor clave en todos los países, es más en los países desarrollados no se puede ser ni profesor asistente sin un título de PhD, ¿por qué ser la diferencia? ¿Beneficia en algo al país? o ¿Beneficia a unos pocos?

En Ecuador ha habido un cambio; pero, sin duda, el camino por recorrer aún es largo. Se pasó de alrededor de 400 PhD a más de 3000 PhD y de no más de 500 publicaciones científicas a más de 1700 (SCOPUS) de 2010 a 2018.

No se juzga por la excepción, sino por la regla. Si bien hay personas que tienen PhD e insisten con que se les coloque el título antes del nombre así sea en una reunión de amigos, también hay quienes no saludan o no tienen modales, etc.; pero, seguramente esas mismas personas harían lo mismo si no tuvieran el título. Un título universitario no te hace una buena persona, pero, sin lugar a duda, tampoco te hace una mala. (O)

[email protected]