Develando el futuro

Por Karla Jaramillo Puertas

Si leer ‘¡Sálvese quien pueda!’, del periodista argentino Andrés Oppenheimer, produce una sensación de desasosiego, debido a que miles de personas se quedan sin empleo por al avance de la tecnología, especialmente de la inteligencia artificial, mirar ‘Black Mirror’ provoca pavor ya que esa misma tecnología, en un futuro próximo, traerá finales devastadores.

El libro se basa en entrevistas efectuadas a personalidades y directivos de mega empresas, que han desarrollado tecnología, así como a aquellas que las han aplicado. Se muestran ejemplos palpables de actividades monótonas y repetitivas, que eran hechas por individuos y que ahora las realizan máquinas programadas para efectuarlas de forma eficiente y sin errores.

Se argumenta que los inversionistas ven en estos artefactos un ahorro extremo para sus negocios. Primero, porque son aparatos que trabajan las 24 horas; segundo, porque se evitan pagar horas extras o enfrentar demandas laborales. Pero, la explicación que más sorprende es que los jóvenes de ahora -y seguramente de las nuevas generaciones- prefieren interactuar con máquinas antes que con personas.

Se demuestra cómo la ciencia emplea dispositivos para detectar enfermedades y aliviar dolores a los pacientes. Y precisamente ahí, toma protagonismo la serie de Netflix denominada ‘Black Mirror’, en la que la tecnología es utilizada de manera enfermiza y desbordante. Cada capítulo se basa en historias diferentes que están conectadas mediante la pantalla de celular, la televisión, la computadora o la tableta, viéndose uno reflejado a través del “espejo negro”.

Los casos son verosímiles. Empiezan con una intención buena; sin embargo, durante el desarrollo argumentativo se evidencia el desbordamiento tecnológico y como consecuencia, el dramático final. Arkangel es un buen ejemplo: una madre ante la desaparición momentánea de su hija de 3 años, aproximadamente, decide colocarle un dispositivo en su cerebro para poder monitorear desde su tableta lo que ve, escucha y siente, además de almacenar minuto a minuto el desempeño de la niña. -Ya se pueden imaginar lo que esto conlleva, especialmente cuando ingresa a la adolescencia… –

La dosis de suspenso, sexo, amor y acción están presentes por doquier, aunque las escenas de violencia y sangre también. La conjugación de cada una de ellas permite que el televidente esté enganchado y muchas de las veces haga una ‘maratón de serie’.

En ‘Caída en picado’, el estatus y la discriminación social se muestra en la puntuación que alcanzan los ciudadanos a través de las estrellas que otorgan otras personas. El mejor es aquel que obtiene 4,5 puntos, lo que le facilitará acceder a un excelente empleo, urbanización y hasta viajes en primera clase. Para ello, todos viven en un ambiente de completa hipocresía, ocultando sus verdaderos sentimientos y pensamientos que deben ser reprimidos para no verse disminuidos en la puntuación. La escenografía es perfecta. Para ironizar el mundo rosa donde habitan, todo gira en tonalidades pasteles, predominando el rosado y el celeste. Solo al final el gris aparece, cuando el relato atraviesa un punto de giro inesperado.

El libro ‘¡Sálvese quien pueda!’ y la serie Black Mirror visibilizan que el abuso de la tecnología y su aplicación indiscriminada conlleva a nuevas sociedades, donde la línea entre lo real e imaginario es demasiada delgada, traspasando el límite de lo ético y lo moralmente permitido.

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“El libro ‘¡Sálvese quien pueda!’ y la serie Black Mirror visibilizan el abuso de la tecnología”.