Bolsonaro y el Socialismo del Siglo XXI

Mayra Aguirre Robayo

Firmar el libre uso de las armas como legítimo derecho a la defensa por el presidente brasileño Jair Bollonado (excapitán del ejército) simboliza el péndulo hacia la derecha autoritaria fascistoide. A pesar de las restricciones: más de 25 años, no tener antecedentes, poseer certificado piscotécnico, habitar en urbes que registren más de 10 homicidios por cada 100 mil habitantes e imitar a países del “primer mundo”: EE:UU, Alemania, Noruega, Noruega, Suiza evoca antecedentes conservadores.

Pablo Stafanoni (revista Nueva Sociedad) figura a Olavo de Carvalho (1947 vive en Virginia) engendrador de Bolsonaro: militar uraño con el marxismo cultural (Gramsci). Es autodidacta, aficionado a la filosofía y astrología. Aboga por un Brasil sin un gobierno del PT. Youtuber, homofóbico. Encontró pan amasado en las protestas contra Dilma Rousseff (2015). Daba alaridos anticomunistas contra el Foro de San Pablo que pretendía crear una dictadura bolivariana en Brasil. En los 60, era comunista y estaba contra la dictadura brasilera.

Su libro famoso: “El imbécil colectivo. Novedades inculturales brasileñas” ataca a las pasiones de la globalización de los Derechos Humanos. Se amañó al fin al catolicismo. Ha asegurado que la Inquisición es un invento de los protestantes. Proyectó a un Jair Mesías Bolsonaro en su triunfo en las encuestas presidenciales (55%) junto con la Constitución y la Biblia.

Injertó en el gabinete brasilero al colombiano Ricardo Vélez en Educación para sacar la «basura marxista» de las escuelas y a Ernesto Araújo en Relaciones Exteriores. El diplomático tiene un blog que no consigna alianzas con China, Rusia y Estados Unidos y la ONU. Carvalho cree que Trump es un genio a la altura de Napoleón.

Es un ególatra que burbujea en medio del fracaso del Socialismo del Siglo XXI. Promocionó el documental “Oh jardín de aflicciones” del joven cineasta «de derecha» Josias Teófilo (crowdfunding). En su preestreno (Río de Janeiro) habían espectadores con camisetas con la leyenda: «No al marxismo cultural». En 2017, Carvalho «pariría» un presidente.

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