La radio comunitaria

César Sandoya Valdiviezo

Cuando se aprobó la Ley Orgánica de Comunicación, en el 2003, se establecieron los tipos de medios de comunicación social: públicos, privados y comunitarios.

El mismo cuerpo legal definió a los medios de comunicación comunitarios así: “Son aquellos cuya propiedad, administración y dirección corresponden al colectivo u organizaciones sociales sin fines de lucro, a comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades”. Pero, ¿se está cumpliendo con estos postulados?

Una investigación realizada en cantones de Loja donde funcionan radios comunitarias, se puede percibir un descontento de la ciudadanía con la parrilla de programación que difunden. Pues, creen que no existe mayor diferencia entre la emisora comunitaria con la privada, porque los contenidos que se difunden no son socializados ni cuentan con la participación de los ciudadanos.

En su libro “El comunicador popular”, Mario Kaplún señala que la participación es el motor de la democracia y la radio comunitaria es el instrumento de la participación. Esto contradice con lo que está sucediendo en la realidad, pues de acuerdo con el criterio de la ciudadanía existen trabas similares a las que ocurren con las radios privadas, siendo una de las principales la parte económica.

Esto repercute en la baja sintonía, ya que la gente no se siente identificada con la propuesta de contenidos y los programas dejan de ser de interés social ya que no propician el desarrollo socioeconómico y cultural de los sectores de la comunidad.

Si bien la radio comunitaria debe potenciar la participación ciudadana, en Loja no existe una mayor diferencia entre este modelo y el privado, pues ambos cumplen funciones similares, parecidas y son hasta comerciales, lo cual se contrapone con el espíritu de lo comunitario, que es cooperación, participación y gratuidad.

López Vigil, teórico de la comunicación, arguye que el desafío de las emisoras es mejorar el mundo en que vivimos, por ello defiende la necesidad de democratizar la palabra para hacer más democrática esta sociedad. Poner en práctica este pensamiento, es el gran reto de las emisoras comunitarias. (O)