La producción porcina otra forma de agregar valor a la agricultura

Fuente: https://feagas.com/exportaciones-porcino-2/
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Fredy Cueva Castillo

Hace más de 6.000 años el hombre domesticó al cerdo salvaje, lo confinó y lo convirtió en un animal de granja, aunque inicialmente los cerdos se alimentaban de desperdicios, actualmente sus dietas están científicamente formuladas, siendo el maíz, la soya y algunos derivados del arroz, los principales ingredientes de su dieta.

El cerdo, no debe ser considerado como un rubro aislado de la producción pecuaria, por el contrario, el cerdo es parte de la cadena de valor del maíz, ya que de este grano depende en gran medida la competitividad de todas las fases de la producción porcina nacional.

Producir cerdo en Ecuador es costoso, debido a que la principal materia prima, base de la alimentación porcina, es el maíz, el cual también es costoso; según datos oficiales un quintal de maíz en Ecuador cuesta USD 14,90, mientras que en Colombia o Perú el precio fluctúa entre 7 a 12 dólares por quintal, esta diferencia de precio es determinante en el costo final de 1 Kg de carne.

La Asociación de Porcicultores del Ecuador (ASPE), estima que procesar 1 Kg de carne de cerdo (cortar y tratar la carne), en promedio cuesta 2,15 USD en el Ecuador, frente a 1,70 USD que cuesta en los países vecinos.

Estas desventajas competitivas, solo pueden ser afrontadas por aquellas empresas que integran todos los procesos: producción de su balanceado, producción de sus propios lechones, faenamiento de los cerdos, envasado de sus productos e incluso la comercialización en sus propias tiendas y supermercados. Pero no solo las empresas porcinas tecnificadas pueden integrar todos sus procesos, Incluso los pequeños productores porcinos, si se encuentran bien organizados y asistidos técnicamente, lo pueden, siempre y cuando mantengan un enfoque de cadena de valor, lo cual les permitiría estar en capacidad de integrar su producción, desde la siembra del maíz, hasta la comercialización de la carne directamente al consumidor final, evitando con ello la excesiva intermediación que en nada los ha beneficiado a los pequeños productores, sobre todo de traspatio. Cabe mencionar que la producción de traspatio representa la mayor cantidad de productores del país, incluso se estima que duplican el volumen de producción de las granjas tecnificadas.

Desde esta perspectiva, resultaría de gran utilidad implementar algunos criterios innovadores como el enfoque de cadenas agroalimentarias para agregar valor y mejorar la competitividad de la actividad porcina, pues según fuentes oficiales durante el 2017, se registró una disminución del 15% de la producción nacional de cerdo.

Mantener el actual sistema de producción sin agregación de valor, podría profundizar la brecha competitiva de nuestros productores, y la desmotivación del sector y con esto dar lugar al nacimiento de un modelo de negocio que para generar beneficios y utilidades al productor podría dejar de cumplir con varias normativas sanitarias, medioambientales y de cuidado del bienestar animal, ya que estas también suman gastos, en el balance económico de las granjas.