Superficialidades

Yadira Consuelo Torres

Será que la superficialidad es el regalo envenenado de la estupidez… perdón, de la frivolidad. Atravesamos tiempos complicados en que la crisis se ha hecho viral o a nivel social, político y económico, y cada quien somos libres de proferir nuestro criterio e inducir con nuestras actitudes reacciones hostiles.

Al vivir en una cultura de opinión nos hemos concienciado del valor igualitario, por esto de la democracia y porque nadie es mejor que otro. Pero, será que justificándonos en esto desplazamos la sensatez, y; al fin, eso de que unos hayan cultivado su mente y otros no, no tiene ninguna relevancia o consideración.

Viene este comentario por esto de la palabra efectista, del espectáculo, del show, al que fácilmente sin que nadie nos invite nos involucramos y apresuradamente proferimos descomedidos atropellos sin meditar el daño que causamos al herir la susceptibilidad de los demás.

Lastimosamente el último evento Reina de Loja se vio envuelto en una maraña de condicionamientos, atados con hilos de caprichos y suposiciones que delataron el poder que ejerce la superficialidad ante valores como la prudencia, compañerismo, servicio y sana competencia.

La furia e insensatez pusieron a flote el herido ego progenitor, que se inflamó al extremo de la osadía, cuyo desenlace fue el rechazo colectivo. Por las redes, los adjetivos peyorativos hicieron su vaivén poniendo de manifiesto la cultura de la que tanto nos ufanamos los lojanos, porque los considerados prudentes, prefirieron guardar silencio y no someter la cultura ciudadana a la vendimia crítica.

La moraleja cada quien la tomaremos a nuestra conveniencia y lo cierto es que a pesar del modernismo, liberación, democracia e información, siempre habrá quienes aprecien el conocimiento y valores que la sabiduría nos otorga. (O)

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