Respirando arte

Lucía Margarita Figueroa Robles

Regresando al cuaderno de hojas pálidas, teñidas de historia, en una ciudad cuya geografía no limita las ideas, transportándolas en navíos que recorren las cumbres – porque para los sueños no hay cadenas- se sitúa la cantera inagotable de artistas, que hoy le muestra al mundo su esencia.

Y es que retrocediendo las páginas añejas, cuando un público ya instaurado era el que ocupaba las butacas para disfrutar del teatro y la danza, en aquellos encuentros de arte, constituían asiduamente los mismos, que frecuentaban los lanzamientos de poemarios en el “Cudic”, las exposiciones pictóricas en el “Museo del Banco Central”, en el Auditorio Pablo Palacio, y en el entonces Teatro Universitario Bolívar, que desde siempre constituyó un ícono de la lojanidad, para deleitarnos con los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Loja, o los Encuentros de Cultura de la UNL.

Así transcurrían los días en los que unos pocos soñadores nos confirieron ese enorme legado que hoy por hoy, se va convirtiendo en realidad. Aquel sueño del quijote de la cultura ecuatoriana, Benjamín Carrión, está dando fruto en este evento: el Festival Internacional de Artes Vivas Loja 2018 (Fiavl) que convoca a cientos y miles de artistas, para que demuestren que un país sin arte y sin cultura, es un país sin documento de identidad, ya que el artista magnifica la realidad, otorgando a la cotidianidad una magia enigmática, logrando que el espectador vea a través de su mirada, en ese propósito de cambiar los paradigmas y transformar el mundo.

En otrora se exigía a las instituciones públicas y privadas que respalden el arte considerándola una inversión para el desarrollo de un pueblo, en un intento por sostener la esperanza en una sociedad polarizada y deshumanizada. Hoy la ciudad teñida de fiesta, de cultura ha dado un giro para infundir este amor al arte, en propios y extraños.

Mi enhorabuena por esta fiesta lojana, esta independencia fusionada con lo que somos los lojanos, gente creativa que a través del arte, intenta proyectar un mejor mundo para nuestros hijos, grafiteando las almas de esperanza. ¡Que viva Loja! (O)