Una tradición que perdura en el cantón lojano Gonzanamá
octubre 23, 2018
DELICIA. Finalmente, el famoso bizcochuelo está listo para ser degustado por el paladar más exigente.
Fotografías: José Eduardo Mendieta
Texto: José Padilla Puchaicela
Pasar por el cantón lojano Gonzanamá y no degustar un delicioso bizcochuelo es lo mismo realmente que no haber visitado esa ciudad productiva, ganadera y, sobre todo, cuna de gente trabajadora como la familia Delgado-Carrión.
La familia mantiene la tradición de Isabel Pacheco, abuela de Mayra Carrión, la cual practica el arte y le da forma a los clásicos bizcochuelos.
Mayra montó una panadería para continuar con la costumbre. Lo hizo junto a su esposo, Fabián, oriundo de la ciudad de Cuenca. Está ubicada en el centro de la urbe. La bautizaron como ‘La tradición’.
ACABADO. Luego del tiempo necesario al interior del horno, el artículo es retirado y puesto a enfriar para la distribución al público.CUIDADO. Una vez que se ha observado los más mínimos detalles, el producto va al horno. Allí el panificador debe controlar el tiempo necesario para su cocción correspondiente.UBICACIÓN. Las unidades de bizcochuelo crudas son adecuadas en una lata grande para luego introducirlas al horno.LÍMITE. La masa cae hasta casi rebosar la vasija. Esta tarea demanda ingenio y conocimiento.ESPACIO. Luego, la masa es puesta en un recipiente especial, provisto de papel que constituye el complemento adecuado.ARTE. La tarea empieza con la mezcla de los artículos. He allí está el secreto del buen sabor posterior.
