LUIS MUÑOZ MUÑOZ
Los adultos mayores o personas de la tercera edad, que han prestado en su juventud importantísimos servicios a la Patria, cuando llegan a jubilarse tienen que afrontar varios problemas.
Entre los inconvenientes más conocidos son la pírrica pensión jubilar, cuyo recorte en los ingresos percibidos cuando se encontraba activo, es uno de los problemas más grandes que tiene la gente mayor, para afrontar con solidez y solvencia su futuro, para paliar ésta situación debe continuar trabajando en cualquier otra actividad , con el objeto de sobrevivir, ya que ni el Estado ni el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) han revisado las pensiones jubilares insuficientes, para que dispongan de una vida digna.
Esta problemática no es nueva, hace mucho tiempo que la gente mayor está sufriendo esta crisis, sin que a nadie le importe, incluyendo los asambleístas que están empapados de la realidad y que han mostrado total indiferencia a este grave problema social.
Es que los defensores de los derechos humanos se han olvidado de este grupo vulnerable que tiene derecho a recibir una pensión jubilar justa, la Defensoría del Pueblo se preocupa de los migrantes venezolanos y arrincona al olvido y la desesperanza al adulto mayor.
La crisis en las personas de la tercera edad en nuestro país es alarmante, solo existen muy pocos pensionistas que gozan relativamente de un sueldo más o menos satisfactorio, pero la gran mayoría se debate en la miseria, a ello se suma que muchos han dejado de recibir apoyo económico de sus familias, algo que les permitía de alguna manera mantener su estándar de vida.
Hay casos dramáticos en los que los adultos mayores no tienen recursos para adquirir medicación adecuada y sucumben inevitablemente. La estafa de que son víctimas por entidades financieras ha arruinado su vida y nadie se conduele de este gran problema social, cuyos derechos a una mejor calidad de vida han sido conculcados. (O)