El rico ‘epulón’

Mientras el rico “epulón” come manjares en un restaurante turco de lujo, el mendigo llanero recoge las migajas. El pobre llanero murió desnutrido y famélico, con quienes compartía el escaso alimento que de milagro llegaba a su boca. Fue llevado por los ángeles y recibido en el seno de Abraham. Pero el rico grandulón también murió, con un corazón duro, hecho piedra. Su cuerpo fue depositado en el infierno. Suplica a Abraham que envíe al mendigo a que moje la punta de su dedo para que refresque su lengua. Suplica también que avise a su familia y a cierto amigo por “Dios dado”, para que no sean tan crueles y soberbios, como él fue durante su vida. La Biblia cuenta esta historia (Lucas 16:19-31) como una advertencia a quienes imponen a los demás austeridad y templanza, mientras practican el despilfarro y la glotonería. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.

Gustavo Vela Ycaza
CI: 17-04442266