Lazos

Pablo A. Carrillo Coronel

Como parte de mi trabajo recorro semanalmente las parroquias del cantón Loja de extremo a extremo. Siempre que las visito tengo la oportunidad de compartir con sus habitantes varias cosas, desde un plato de comida hasta sus preocupaciones, desde una copita de licor hasta sus más grandes sueños. Esta experiencia es de lo más enriquecedora y me ha permitido conocer de cerca la realidad del sector rural de Loja y a pesar de los problemas económicos que puedan existir he identificado un problema mayor, pues los lazos que unen a las personas son débiles, deficientes, problemáticos y frágiles. Pero estos lazos sociales no son los únicos con estas características en el cantón, destacan también los lazos físicos que unen a cada una de estas parroquias con el centro urbano y entre sí; me refiero a sus carreteras, las cuales se encuentran en un estado deplorable que, en lugar de unirnos, nos separan más.

Lamentablemente, el problema de unos lazos débiles no solo es propio del sector rural, porque en la zona urbana se pueden observar ese mismo tipo de comportamientos egoístas e interesados que no favorecen al progreso de Loja, comportamientos infantiles que impiden que se mejore la vialidad y que se realicen más obras en beneficio de la ciudadanía y en especial del sector rural.

Talvez no existan los recursos suficientes para fortalecer los lazos físicos, pero para solucionar nuestras diferencias, para unirnos más, para conocernos y ayudarnos, no necesitamos recursos económicos, solo es necesario abrir nuestras mentes, nuestros corazones y estar dispuestos a escuchar al otro. Si estamos unidos no importará que falten recursos porque seguro encontraremos la forma de generarlos o tendremos la fortaleza para pedirlos y luchar por ellos, esa fortaleza que solo se consigue con la unidad. No somos enemigos, ¡somos lojanos! (O)