No es nada malo

María Daniela Piedra C.

En vista que las nuevas masculinidades en la educación han significado una bomba social y se han prestado para malas interpretaciones y falsas informaciones, hago un pequeño acercamiento en palabras sencillas y claras.

El trabajo que proponen las nuevas masculinidades no es más que nuevos discursos y prácticas que se resisten a continuar con una sociedad heteronormalizada, es decir, que niños, jóvenes, universitarios, la sociedad en general necesitan configurar diversas expresiones de lo masculino que dejen de guiarse bajo el modelo masculino hegemónico, en dónde se supone que “los hombres no lloran”, “los hombres son fuertes”, “los hombres no hacen las cosas de la casa”… Actualmente ya no solo las mujeres demandan esta actualización en la forma de pensar, sino que también es abrir el campo para los hombres que han sido arrinconados a una masculinidad tradicional establecida para los varones.

Las nuevas masculinidades no implican inducir a la niñez a adoptar determinada tendencia, sino respetar una sociedad que es diversa y que reconoce los derechos de las personas a elegir su propia forma de vivir, es decir, una sociedad libre del modelo masculino tradicional.

Entonces, ¿por qué no enseñarles a nuestra niñez, juventud y sociedad en general que las nuevas masculinidades es construir un ambiente libre de violencia, discriminación y estereotipos? ¿Por qué no inculcar el respeto a las diversidades?, los colectivos que se oponen a esta propuesta. ¿Realmente es terrible que nuestra niñez crezca conociendo nuevas formas de entenderse como hombres? Preguntémonos por qué no hablar sobre los nuevos conceptos que lamentablemente decidieron eliminar en el decreto emitido el 19 de julio del presente año.

Digamos no a ideologías cerradas y altamente discriminatorias. (O)