¿Contrastamos la información que consumimos?

Santiago Ochoa

Nos hemos preguntado ¿qué de lo que damos por cierto y defendemos, en realidad es verdad? Por ejemplo, durante años he visto a políticos, académicos, empresarios, deportistas y población en general, parafrasear a Cervantes diciendo “cuando los perros ladran Sancho, es señal que avanzamos”. Sin embargo, esa frase no es de Cervantes, no está en la novela del Quijote, y si revisan en redes sociales, en entrevistas, etc., siempre se cita dicha frase y a Cervantes como su autor. Posiblemente varios lectores, también desconocían este hecho.

Con este ejemplo, quiero que pensemos: ¿qué y cuánto de toda la información que consumimos y compartimos, es real? Para tomar buenas decisiones, hacer buenos análisis y emitir opiniones confiables, debemos estar bien informados. Por ejemplo la información que se comparten en redes sociales, no siempre es verdadera pero incluso sabiendo de su falsedad, se sigue compartiendo.

La información errónea nos lleva a decisiones erradas, y se torna una mala costumbre la de creer todo lo que vemos o escuchamos en función de si está en contra de quienes o de lo que estamos en contra, o si está a favor de quienes o de lo que estamos a favor. Sin embargo ¿qué de toda la información que consumimos, es verdad? Es preciso diferenciar opiniones, de realidades. Por ejemplo, una opinión, es decir que el equipo A o B, es el mejor equipo de fútbol del Ecuador, mientras que, si por ejemplo una persona A dice que H2O es agua, y otra persona B opina que es “petróleo”, lamentablemente, por más libertad de expresión que exista, la segunda persona estaría equivocada. Tratemos de contrastar la información que consumimos, tratemos de pedir opiniones a quienes tienen conocimiento, y tratemos de emitir criterios bien intencionados y fundamentados. (O)

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