Participación de la industria alimentaria en la economía nacional

CONSUMO. Dentro de la industria de los alimentos, dentro de las producciones más grandes están los artículos cárnicos con un 14%.
CONSUMO. Dentro de la industria de los alimentos, dentro de las producciones más grandes están los artículos cárnicos con un 14%.
CONSUMO. Dentro de la industria de los alimentos, dentro de las producciones más grandes están los artículos cárnicos con un 14%.
CONSUMO. Dentro de la industria de los alimentos, dentro de las producciones más grandes están los artículos cárnicos con un 14%.

Giovanni Carrión Cevallos

Desde la década de los cincuenta del siglo pasado, la industria nacional adquiere un mayor dinamismo como respuesta a un escenario favorable que representó la bonanza económica bananera, lo que implicó mayores niveles de inversión extranjera y la posibilidad con ello de estimular a la agroindustria, como fue en el caso de los alimentos, bebidas y el tabaco.

Asimismo, es importante destacar que dentro del sector de la manufactura ecuatoriana, la industria de alimentos y bebidas es la que tiene el mayor peso, con un 38%. Conforme al análisis de la Revista Ekos (Febrero, 2018) para el periodo 2008 al 2018, “…A pesar de que este sector ha tenido todos los años tasas de crecimiento positivas dentro del periodo analizado, los años con variaciones más bajas fueron 2009, 2015 y 2016 con variaciones de 0,4%, 0,4% y 0,2%, respectivamente. De igual forma, el nivel de consumo incide en estos resultados, al igual que el acceso a mercados externos. Para 2017 y 2018, las proyecciones oficiales mantienen su posición de crecimiento en la economía, las tasas proyectadas son: 4,4% y 5%. En este escenario, este sector ha incrementado su participación en el PIB, pasó de 4,7% en 2008 a 6,1% en 2016 (además de una estimación de 6,7% para 2018)”.

Como vemos, el aporte de la industria alimentaria a la economía doméstica es fundamental, ya en el ámbito de atender una creciente demanda interna en términos de necesidades alimentarias de la población, así como de los propios requerimientos que se hacen desde el sector externo.

De ahí la urgencia que, desde la política pública, se implementen acciones encaminadas a estimular, de manera sostenida, a este importante sector de la manufactura, en tanto a facilitar los procesos de importación de insumos y de bienes de capital que son requeridos para tecnificar y mejorar los niveles de productividad los cuales aún siguen siendo bajos en comparación con los vecinos comerciales. Por ejemplo, en el caso del arroz de invierno, en el país se promedia una cosecha de 4 toneladas por hectárea en tanto Colombia produce 5,7 y Perú 7,9 toneladas.

Otro aspecto fundamental para captar una mayor inversión tanto nacional como extranjera en el campo de la industria de los alimentos (al igual que en cualquier otro sector de la economía), es contar con seguridad jurídica, expresadas en reglas de juego claras y estables en materia laboral, tributaria, resolución de conflictos, etc., aspectos que son de competencia tanto del gobierno nacional como de la legislatura el determinarlos.

Cabe destacar que dentro de la industria de los alimentos, las producciones más grandes, conforme lo recoge Revista Ekos (Febrero, 2018) y el BCE son: procesamiento y conservación de pescado, camarones y otras especies con el 27%; bebidas 15%; productos cárnicos 14%; grasas y aceites 10%; productos lácteos 8%; panadería 6%; molinería 4%; otros productos alimenticios 16%.

Esto habla de un sector dinámico dentro del aparato productivo nacional que requiere, sin duda, de planificación. Por ello, la industria de los alimentos, desde tiempo atrás, viene planteando la idea de un “Ecuador agroalimentario” que no es otra cosa que incorporar el criterio del consumidor, a fin de que en el campo se produzca lo que el mercado realmente requiere. Entonces, hay que responder las preguntas básicas de economía: ¿qué?, ¿cómo? y ¿para quién? producir.

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