Península coreana

Santiago Pérez Samaniego

[email protected]

Aunque muchos en algún momento podríamos pensar que las desgastadas relaciones internacionales, amenazas o las constantes insinuaciones de guerra entre EE.UU. y Corea del Norte son el conflicto más reciente en la península coreana, nos equivocamos. Por ejemplo, en los últimos años del siglo XIX, Corea estuvo bajo influencia japonesa, particularmente en 1910, Japón anexó a la península coreana a su territorio en un ocupación sin precedente, una época muy dura para el pueblo coreano por la escasez de alimentos, explotación laboral y medidas violentas contra la oposición, esta etapa se extendió hasta el fin de la segunda guerra mundial, con la rendición incondicional del ejército nipón. Días después, en agosto de 1945, con el ingreso de las tropas soviéticas y chinas por el norte de la península y la ocupación estadounidense en el sur, se produjo la división de las coreas. En 1948 el paralelo 38 se convirtió en la frontera política de dos nuevos países producto de la guerra fría.

Bajo una supuesta bandera de reunificación y liberación, con el apoyo político, militar y económico de China y la URRS, en la madrugada del 25 de junio de 1950 Corea del Norte invade a Corea del Sur ocupada por la ONU y EE.UU. con la intención de anexionarla a la causa comunista, este fue el primer conflicto a gran escala desde el inicio de la guerra fría. Después de agredirse militarmente durante un periodo de tres años, en 1953, los países en conflicto pudieron encontrar un alto al fuego con un armisticio, restaurando la frontera entre las “Coreas» cerca del paralelo 38 y creando una zona desmilitarizada de 4 kilómetros de margen entre los dos países. Este espacio de la historia puso fin a la guerra pero no se produjo la paz, el conflicto alimentó el resentimiento entre los países, dividió familias y sembró un ambiente de exclusión internacional y radicalismo ideológico en un régimen omnímodo en Corea del Norte, que se mantiene hasta la actualidad.

Es lamentable pensar que la ideología y los intereses externos influyeron en la separación de un país que probablemente sin el intervencionismo e injerencia de los polos políticos y militares hubiera encontrado en la esencia de la no-violencia una salida unificadora a sus diferencias. (O)