Muerte política

Correa está muerto políticamente hablando. Los asambleístas frenéticamente correístas se niegan a reconocer tal ‘defunción’. Tratan de evitar que se le practique la correspondiente autopsia política para establecer la real y determinante causa de su ‘óbito’. La corrupción como principal plan de administración del país; el despilfarro de los fondos públicos en obras mal hechas, innecesarias y con escandalosos sobreprecios; el irrespeto a las personas y a la prensa crítica desde las sabatinas de circo de mal gusto; la desinstitucionalización del Estado con la complicidad de incondicionales, adeptos, adictos, sumisos, sumisas y paniaguados; la catástrofe económica que dejó servida. ¿Acaso no son razones suficientes y forzosas para asistir masivamente al velorio político del caudillo?

Dr. Guillermo Pérez de Castro
CI: 1702474212