Amable Ayora Fernández
Desde 1974 el síndrome de agotamiento profesional o burnout se viene debatiendo en los círculos científicos. Los autores lo describen como: un estado de total agotamiento físico, espiritual e intelectual. Si bien en la actualidad y debido a la enfermedad de deportistas de élite, educadores, directivos de empresas, médicos, enfermeras, etc., el síndrome de burnout ha pasado a interesar a la atención de la opinión pública, y la investigación científica, haciendo hincapié que las sobrecargas extremas de trabajo y la disposición a rendir más pueden crear un círculo vicioso que lleva a las personas a vivir un estado –síndrome o trastorno- de burnout.
Conviene preguntarnos ¿Qué puede hacer una persona para evitar el burnout? Más vale prevenir que curar. Entre unas de las orientaciones que recomiendan los especialistas están: El intentar mejorar las condiciones de trabajo a tiempo, y no cuando el colapso ya sea inminente. Recibir cursos de formación y perfeccionamiento, ya que no solo estimulan la competencia experta, sino que ofrecen la oportunidad de reflexionar sobre los problemas y la práctica de un nuevo pensamiento. No dude de solicitar ayuda a profesionales expertos como los médicos y psicoterapeutas para el análisis de la situación y el desarrollo de un plan organizativo, etc. No olvidemos que los síntomas del burnout son señales de un trastorno más profundo, la persona sufre sobrecalentamiento, situación que le conduce hacia el agotamiento total. En el transcurso del síndrome de burnout el paciente entenderá que de los síntomas llega a un estado de crisis permanente tanto en lo profesional, emocional, social, intelectual y físico. Frank. H. Berndt, (2013). (O)