Remo Cornejo Luque
Pandora, primera mujer creada por Hefesto, en la mitología griega, se casó con Epimeteo y recibió como regalo de bodas un misterioso pithos (una tinaja ovalada como caja) que no debía abrir. Su curiosidad se impuso y al abrirlo se escaparon todos los males del mundo que contenía dicha caja.
En nuestros tiempos, «abrir una caja de Pandora» significa una acción en apariencia pequeña o inofensiva, pero que puede traer consecuencias catastróficas.
Parangonando al Ecuador del Siglo XXI, a partir del 24 de mayo, día de la sucesión presidencial, el ‘correísmo’ se ha convertido en una suerte de caja de Pandora y su destape, ahora con más fuerza por la demarcación del ala ‘morenista’, brota cada uno de los males de la década de Correa.
La lista de estos males crece a diario. Se inician en 2007 con las irregularidades en la negociación de los Bonos Global 2030; los sobreprecios de ambulancias, fármacos y equipos médicos, de las carreteras, hidroeléctricas y demás obras; el peculado por la importación de trigo desde Argentina; los casos del ‘come-cheques’, el gran hermano, Duzac, Caminosca, Odebrecht, Yachay; el feriado petrolero, etc.
Continúa con la designación de personas sin vocación docente por parte de la RED de Maestros y el execrable acoso sexual a 100 niños en la UE, réplica del Aguirre Abad. ¡Prohibido Olvidar!
Cada acto del ‘correísmo’ tiene un tufo rancio. La institucionalidad creada por ellos está podrida. APesta. Nunca antes un vicepresidente en funciones ha ido a prisión por actos de corrupción.
El frenesí de RC -desde el ático y sótano belga- en la defensa de JG es su autodefensa. Él, es el No. 1 de todo el entramado corrupto del país y debe responder. La exigencia popular debe elevarse hasta que caigan todos los pícaros y el ‘correísmo’ en el ostracismo. (O)