Glas es uno de los dos grandes culpables

Remo Cornejo Luque

Todo el tiempo mintieron al pueblo pero lo adormecieron con el imperio mediático que manejaron.

Concentraron los poderes del Estado para su perennidad egoísta, vilipendiadora. Persiguieron el pensamiento progresista y lo estigmatizaron. Criminalizaron a 850 luchadores sociales. Eran dueños de su verdad, de su palabra. Nadie tenía derecho a disentir. Levantaron el culto a Correa, lo endiosaron, lo hicieron un ser más imbécil.

Desinformaron a la sociedad con elefantes blancos, maquillaron cifras, insultaron y se creyeron predestinados. Desfinanciaron el IESS, desviaron sus fondos y los responsables están prófugos o campantes, con indulgencia inverosímil.

Prostituyeron el concepto de revolución, utilizaron la palabra izquierda para desvalijar al erario nacional, llenar sus bolsillos, engordar sus chequeras y favorecer a su círculo rosa. Gobernaron para los ricos y crearon los nuevos ricos del siglo XXI.

Pensaron que podían manejar a todo el mundo, manipularlos para sus protervos fines, pero no se percataron que todo cansa cuando hay imposición, corrupción y testarudez. De a poco los órganos de control y justicia dan pasos en el combate a la corrupción pero no por iniciativa propia sino por exigencia popular.

Glas manejó durante una década las áreas estratégicas, impulsó y negoció las faraónicas obras, se dice que utilizó al testaferrismo como su estrategia para la acumulación de riquezas. Correa, por su pedante personalidad, debió estar al tanto, tendría mucho que ver. El desenmascaramiento de todos los casos de corrupción, con una justicia independiente, los conduciría tras las rejas.

El pueblo está despabilándose, retoma su camino de protagonista. La Consulta popular se inscribe como plebiscito contra la corrupción y el correísmo. No desperdicie la oportunidad histórica, licenciado Lenin Moreno. El pueblo tiene buena memoria y no perdona. (O)

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