SOS a las cooperativas de ahorro

César Eduardo Briceño Toledo

La versión de un medio televisivo ha señalado que, en los últimos 40 meses, 12 cooperativas de ahorro y crédito han cerrado sus operaciones en la provincia de Loja, por disposición de la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria; dejando en la indefensión y zozobra a miles de ciudadanos, cuyo único delito fue haber confiado en estas entidades financieras, mediante depósitos de ahorros a corto y mediano plazo, para financiar gastos corrientes en educación, salud, vestimenta y vivienda para su familia.

Quizás el drama es mayor aún, cuando miles de ciudadanos se acogieron a la jubilación y depositaron sus incentivos económicos, con el propósito de atender su salud cuando lo requiera a falta de medicamentos de especialidad que frecuentemente no hay en el IESS. El anzuelo de las cooperativas consistía en conceder mejores intereses que los demás del sistema bancario, sin que al respecto el organismo regulador adopte alguna decisión legal.

Como se ha vuelto costumbre, el organismo de control obra cuando alguna cooperativa se encuentra en terapia intensiva, más próxima al paroxismo que a la recuperación; cuando oportunamente debió supervisar la probidad del gerente y de los vocales del Consejo Directivo, que permitieron conceder préstamos dolosos (conocidos generalmente como préstamos vinculados), sin las suficientes garantías para recuperar los créditos otorgados; y permitir que la cartera crediticia caiga a deplorables niveles de insolvencia.

Algo que preocupa a un sinnúmero de perjudicados es la lentitud lamentable de la Fiscalía y jueces de Loja, cuyos expedientes denunciados por las autoridades crediticias, no tienen la agilidad que la angustia ciudadana amerita; razón por la cual, los afectados están decididos a acudir a las más altas instancias judiciales y gubernamentales para que se les haga justicia. (O)