La capacitación comienza con los expendedores de empaques de este material. Hay alternativas.
Las fundas plásticas (polietileno) tendrían los días contados en Loja debido a una ordenanza municipal que entrará en vigencia en agosto, que si bien es prohibitiva también ofrece alternativas a los comerciantes para que se empleen empaques menos contaminantes o de menor tiempo de degradación.
Carlos Espinosa, director de Higiene del Municipio, explica que ayer comenzaron a capacitar esta norma entre grupos que se verán afectados directamente como los vendedores de fundas, representantes de cadenas comerciales y así como quienes tendrán que encargarse de promover su contenido como los administradores de los mercados.
Señala que el objetivo de esta medida es reducir la huella ecológica, es decir el impacto que generamos en el medio ambiente. Por ello es que se consideró reducir el uso de fundas de polietileno las cuales tardan un promedio de 150 años en descomponerse provocando una contaminación importante en este proceso.
La intención del Municipio es cambiar las fundas de polietileno por fundas oxo biodegradables, teniendo como aliado para ello no solo a un fabricante, sino a toda la Asociación de Ecuatoriana de Plásticos, cuyos directivos participaron del taller ofrecido la tarde de ayer a los comerciantes en las instalaciones del Centro San Juan Bosco en el mercado Gran Colombia.
Allí, a más de explicar la ordenanza y sus alcances, los fabricantes de plástico explicaron para realizar comparaciones respecto al impacto ambiental que tiene el uso del plástico común frente a empaques de otros materiales como el papel, el cartón o bolsas reutilizables que generarían un mayor impacto ambiental, destacando que el problema no está en el uso sino en la correcta clasificación para el reciclaje, esto sin negarse a migrar a las fundas oxi biodegradables.
Arturo Sánchez, directivo de la Asociación de Plásticos en el área de medio ambiente, señala que este tipo de material que ya se viene utilizando en cadenas comerciales como Supermaxi, sin perder sus propiedades para el reciclaje también puede mezclarse con materia orgánica y descomponerse rápidamente por efectos de la oxidación debido a sus componentes y aditivos.
“Estas fundas perfectamente pueden integrarse al ciclo ecológico sin causar un impacto ambiental negativo”, recalca Carlos Espinosa. Reitera que la proyección es reducir en un 50% el uso de plástico que se desecha en la ciudad, alrededor de 100 toneladas, lo cual extenderá la vida del relleno sanitario y reducirá el impacto ambiental. La meta es que en el 2018 se elimine totalmente el uso de fundas de polietileno. (CAB)
Tome nota
En proyecto también está reducir el uso de tarrinas, vasos y platos de plástico que se utilizan para el expendio de alimentos.