Santiago Armijos Valdivieso
El 14 de julio de este año, el Banco de Loja cumplió 50 años de servicio ininterrumpido al sur del Ecuador. Su creación que se remonta a 1967 fue la materialización de un sueño de lojanos visionarios que determinaron la impostergable necesidad de que Loja cuente con un banco propio que le permita impulsar su desarrollo económico.
A lo largo de su existencia, el Banco se ha ido engrandeciendo como una entidad solvente, segura y moderna, gracias a la mayoritaria preferencia de los lojanos que durante cinco décadas le han confiado sus depósitos y sus necesidades financieras.
En la conducción del banco se han sucedido prestantes profesionales como Oswaldo Burneo V., Carlos A. Palacios R., Leonardo Eguiguren S., Fernando Burbano T. y Leonardo Burneo Müller, todos ellos identificados con el compromiso de generar progreso en esta postergada región sur del Ecuador. El decisivo accionar del Banco de Loja está plasmado en muchos emprendimientos locales que van desde hoteles, centros comerciales, centros educativos, flotas de transporte terrestre, urbanizaciones e industrias, hasta pasar por viviendas familiares, automotores, comercios y actividades agrícolas como la siembre de maíz en Pindal y el arroz en Macará.
Adicionalmente su accionar ha generado trabajo directo para cientos de profesionales, así como también para muchos proveedores locales de bienes y servicios. Con la riqueza generada y resultante de una intensa labor financiera ha pagado significativos tributos y ha respaldado causas benéficas y deportivas como el apoyo a Liga de Loja.
En definitiva, estamos hablando de una exitosa entidad lojana con proyección nacional que ha demostrado por sobrados méritos que una institución privada también puede convertirse en un poderoso motor de desarrollo para la sociedad. (O)