Saraguros utilizan medicina ancestral contra la COVID-19

NATIVA. Carmen Chalán conoce la importancia de la medicina ancestral.

Los remedios preparados con plantas y frutos tradicionales acompañan a la vacuna en las 11 parroquias del cantón.

 

La pandemia de la COVID-19 significó un verdadero reto para los laboratorios científicos a nivel mundial. Médicos y especialistas trabajaron contrarreloj para encontrar un medicamento que permita combatir la enfermedad que parecía incurable y que a diario cobraba la vida de miles de personas.

Mientras que expertos de la salud e investigación realizaban esfuerzos para elaborar una vacuna, las comunidades y pueblos indígenas del Ecuador y de la región sur del continente se preparaban con una de sus armas más poderosas, la medicina ancestral.

El cantón Saraguro, localizado al Norte de Loja, es popular a nivel nacional por las tradicionales artesanías, gastronomía y paisajes que forman parte de su cultura. Con la llegada del coronavirus, los pobladores se enfrentaron a un enemigo mortal nunca antes registrado, por lo que recurrieron a plantas endémicas y curativas con la esperanza de incrementar las defensas del organismo y contrarrestar los síntomas de la enfermedad.

Pese a que cerca de 12.000 personas del cantón han sido vacunadas con la primera dosis, los ciudadanos continúan utilizando la medicina ancestral para evitar mayores complicaciones.

Carmen Chalán, nativa de Saraguro, comenta que todos los miembros de su familia toman a diario el agua de manzanilla, hierba luisa, jengibre y ruda: “esta es nuestra agua de tiempo y confiamos en sus beneficios”, indica. También hacen vaporizados de eucalipto, además, comen cebolla y ajo para subir las defensas. Manifiesta que preparan la cebolla en ensaladas o en sopas para los más pequeños del hogar.

Esta madre de familia explica que antes de la pandemia sí ingerían estos productos cuando tenían dolores de cabeza, resfríos, fiebre, entre otros malestares, sin embargo, con el coronavirus intensificaron su consumo diario.

Los cítricos como la naranja también serían una alternativa para prevenir el coronavirus. Muchos habitantes de Saraguro degustan de esta fruta de forma natural o con batidos de zanahoria, pepino, alfalfa, entre otras hortalizas.

Por su parte, Pablo Guzmán comenta que todos los miembros de su hogar toman tres copas diarias de cascarilla, una después de cada comida, para ello, colocó varias cortezas de la planta en un frasco de vidrio y les agregó licor tradicional de la zona conocido popularmente como: “punta” o “guanchaca”. Antes de ser consumido, el compuesto debe permanecer en reposo por al menos dos días, con el fin de rescatar todas sus propiedades.

La cascarilla es una planta originaria de los bosques nublados de los Andes y fue utilizada como un tratamiento efectivo para curar la malaria.

Además de la corteza, Pablo también toma agua caliente por la mañana y antes de dormir. Este remedio casero se prepara con jengibre, cebolla y limón. Su sabor no es para nada agradable, sin embargo, aportaría múltiples beneficios contra la Covid-19 y para combatir otras enfermedades respiratorias.

Con respecto al proceso de inmunización, Carmen Chalán menciona que muchas personas del cantón tuvieron miedo de colocarse la vacuna, ya que creían que el fármaco les causaría la muerte, sin embargo, cuando se inocularon los primeros ciudadanos, confiaron en su efectividad.

 

TOME NOTA

Los remedios tradicionales de Saraguro se mantienen con las generaciones.

EL DATO

Saraguro tiene una superficie de 1.080,70 km2.