Entre las medidas de bioseguridad adoptadas a escala mundial a causa del coronavirus está el teletrabajo. Teófila Vicente Herrero, médico especialista en Medicina del Trabajo y directora del Experto Universitario en Gestión de Empresas Saludables de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), comenta que este método laboral no nació con la pandemia, ya que previamente muchas organizaciones lo implementaron.
En los últimos 10 años, algunos países han identificado en el teletrabajo una oportunidad. En el caso de Estados Unidos, un 50% de las empresas consolidadas a nivel internacional cuentan con personal que ejerce funciones de forma telemática.
Como parte de sus ventajas, Teófila manifiesta que fomenta la conciliación de la vida familiar; permite que la gente con discapacidad trabaje desde sus hogares, precautelando su salud y bienestar; se ahorran gastos de movilización y mantenimiento de oficinas: “tanto a nivel económico, personal y laboral, tiene muchos beneficios”, asegura.
El mayor inconveniente consiste en su regulación, es decir, que las condiciones en las que se realice cumplan con las normas preventivas que se exigen, caso contrario, puede generar riesgos relacionados con patologías músculo esqueléticas (postura inapropiada), alteraciones en la visión y problemas psicosociales, ya que el individuo no mantiene contacto con sus compañeros, lo que podría ocasionar aislamiento, ansiedad o depresión: “todos estos riesgos son solventables, siempre y cuando se busquen las medidas para solucionarlos”, expresa.
Finalmente, la especialista comparte algunas recomendaciones para contrarrestar problemas en la salud a causa del teletrabajo. Menciona que se debe utilizar una silla ergonómica con inclinación adecuada; contar con una superficie para apoyar codos y muñecas, a fin de prevenir el síndrome del túnel carpiano; disponer de buena iluminación; ingerir una dieta variada para evitar el sobrepeso; tomar pausas cada 40 minutos, asimismo, recomienda el uso de ordenadores fijos.