Patricio Jaramillo: “mi familia del extranjero son los bailarines”

PROFESIONAL. Patricio Jaramillo, bailarín con 18 años de trayectoria.

El lojano colaboró en “Béjart Ballet Lausanne”, una compañía suiza referente a nivel mundial.

 

Patricio Josué Jaramillo Ocampo es un bailarín y coreógrafo de amplia trayectoria. La danza llegó a su vida a la edad de nueve años, por lo que ha desempeñado esta actividad por cerca de dos décadas.

El artista de 27 años inició en el baile gracias a la tutela de su madre, Aura Ocampo, quien dirige la academia “LojaDanza”. A los 13 años, llegó a Quito para estudiar en la Compañía Nacional de Danza del Ecuador. A los 17, migró a España para capacitarse en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma. Una vez que culminó estos estudios, decidió obtener una licenciatura en Coreografía e Interpretación de la Danza en el Instituto Superior de Danza “Alicia Alonso”.

En la actualidad, Patricio debuta en el Teatro de Ballet Sibiu de Rumanía, país ubicado al sureste europeo.

¿Siempre incursionó en la danza clásica?

Es mi fuerte y me identifico con el ballet. También hago contemporáneo y de pequeño practicaba malambo argentino y folklore.

He desarrollado el baile clásico por muchos años y me gusta todo lo que se puede lograr con esta disciplina.

¿En la sociedad del siglo XXI, la gente apoya esta manifestación?

Considero que en Loja y en el resto del país sí hay interés por consolidar nuevas bases que permitan capacitar a los artistas, sin embargo, en algunas disciplinas se deben fortalecer las oportunidades para formar talentos de nivel profesional. En el caso particular del baile clásico, aún queda un vacío escolar que origina ciertas limitaciones. Pese a esta situación, hay quienes han sobresalido con esfuerzo, entrega y dedicación.

¿Cómo sobrelleva los estereotipos sociales respecto al baile?

Debo reconocer que hasta el día de hoy aún se le asigna un género a la danza, ya que se piensa que algunas disciplinas están dirigidas a mujeres, cuando no debería ser así.

Es importante creer en nuestro talento y no consentir que la opinión de la gente nos limite a realizar ciertas cosas. Afortunadamente, a lo largo de mi trayectoria no he tenido que soportar comentarios de esta índole.

Los estereotipos sociales en el ámbito de la danza se han modificado con el pasar del tiempo, ya que Ecuador es un país muy rico en cultura y tradiciones que se transmiten a través del baile, independientemente de si es realizado por un hombre o una mujer.

La gente de hoy en día es más consciente de que la danza es una profesión y que sí se puede vivir de ella. En Loja tengo buenos amigos con un criterio formado sobre arte, lo que representa un significativo avance social. Cuando los escucho hablar sobre este tema, me quedo fascinado porque a través de sus palabras demuestran el valor y aprecio hacia la cultura y talento local.

El Conservatorio Superior “Salvador Bustamante Celi” es de gran ayuda para el arte, puesto que permite que las personas interesadas en música puedan obtener un bachillerato. En otras ciudades como Cuenca, Quito y Guayaquil, no se ofrecen estudios de segundo nivel enfocados en este ámbito, sin embargo, hay licenciaturas a disposición de los aspirantes.

Cuando visito Loja puedo evidenciar que cada vez son más las personas que consumen arte, lo que ayuda a cambiar los estereotipos arraigados a la sociedad.

¿Cuáles son sus principales referentes?

Admiro a mi madre Aura Ocampo, ya que por medio de sus enseñanzas en la academia se crean bailarines para la vida. La disciplina, puntualidad y el respeto, son los principales valores que inculca a sus estudiantes para que sean personas íntegras y de calidad.

A nivel internacional me gusta el trabajo de la coreógrafa cubana Alicia Alonso, quien fue la directora del Ballet Nacional de Cuba. En Latinoamérica, es considerada como una respetable profesional que se ganó su título con mucho esfuerzo.

¿Puede nombrar sus presentaciones más importantes?

No recuerdo con exactitud en cuantas funciones me he presentado, sin embargo, una que viene a mi mente sin mayor dificultad es la realizada en el Instituto Universitario de Danza “Alicia Alonso” en España, donde tuve la oportunidad de bailar Don Quijote.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Hace algún tiempo estudié la licenciatura en Medicina Osteopatía, una rama que trata los problemas de articulación o cualquier lesión que presente el bailarín.

Deseo continuar con mis estudios en esta área, por lo que viajaré a España para localizar universidades que me permitan alcanzar mi especialización.

Planeo ayudar de diferentes formas a las personas que hacen danza; esto me motiva a adquirir nuevos conocimientos y a permanecer en constante aprendizaje.

¿Tiene planes de regresar a Ecuador?

Por el momento no. He tenido momentos difíciles en los que quiero dejar todo y regresar a mi país, sin embargo, quienes me llenan de orgullo y me motivan a no decaer son personas de Loja. El simple hecho de escucharlos hablar me reconforta y me impulsa a continuar.

¿Qué extraña de Loja?

Siempre echo de menos a mi familia. Si pudiera llevarla a Europa y tenerla cerca, sería algo realmente increíble. El tener lejos a mis seres queridos hace que no desaproveche ni un minuto de mi tiempo en el extranjero.

Nunca olvido de dónde vengo y cuáles son mis raíces. Me siento orgulloso de ser quien soy y de todo lo que tengo.

 

EXTRACTO

“Desde la distancia, me siento muy orgulloso de la calidad de artistas y de público que se va creando en Loja”

TOME NOTA

Patricio es el osteópata de la compañía de Ballet Sibiu en Rumanía.

EL DATO

Llegó a Rumanía hace aproximadamente tres años.