Desnutrición infantil, un reto para los Gobiernos

PROFESIONAL. Víctor Renobell, sociólogo y coordinador universitario.

La desnutrición es una de las mayores problemáticas del siglo XXI y se ha convertido en un desafío para la sociedad a escala global. Las medidas implementadas por las autoridades no han arrojado resultados alentadores, puesto que la cifra de niños que sufren malnutrición va en aumento.

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), en Ecuador los índices se incrementaron durante los últimos cuatro años. En el 2014, este problema afectó al 24,8% de los infantes menores de dos años, mientras que en el 2018 la cifra ascendió a 27,2%. Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), expone que uno de cada cuatro niños y niñas menores de cinco años sufre de mala alimentación. Este escenario es aún más grave en la niñez indígena, donde uno de cada dos menores la padece.

Erradicar el hambre en la población es un reto que enfrentan los gobiernos, por lo que deben desarrollar y rediseñar políticas a largo plazo. Ante este planteamiento, dialogamos con Víctor Renobell, sociólogo de profesión y coordinador del Grado en Ciencias Políticas y Gestión Pública de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).

El experto comenta que muchos países se han desarrollado en el ámbito tecnológico e industrial, sin embargo, han descuidado la desnutrición crónica y la pobreza infantil. Desde el Programa Mundial de Alimentos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), se han realizado esfuerzos a fin de contrarrestar la situación, no obstante, menciona que los gobiernos también deben adoptar medidas viables, ya que los niños que no reciben una manutención adecuada tienen muchas probabilidades de contraer enfermedades por el resto de su vida.

Las mejores soluciones en este ámbito son aquellas que van acompañadas de un programa educativo, donde se aborde temas relacionados con la tipología de los alimentos y la importancia de la lactancia, principalmente. Renobell indica que los resultados de estas medidas se podrán percibir a mediano y largo plazo, además, contribuirán a que la sociedad tenga una calidad de vida aceptable.

Estos proyectos deben ser implementados en zonas urbanas y rurales de un determinado territorio, para que las personas que pertenecen a grupos vulnerables tengan a su disposición algunas pautas de alimentación, higiene, comportamiento, entre otras.

Considera que es necesario adaptar los programas de transferencia económica condicionada, que tienen como finalidad, contribuir económicamente a la adquisición de comida y brindar educación sobre su correcta ingesta.

Los Programas de Alimentación Escolar de las instituciones públicas en Ecuador ayudan a que los niños de bajos recursos económicos puedan acceder a productos de forma gratuita, sin embargo, ante la falta de escolarización, la desnutrición gana protagonismo.

Otro de las situaciones que agudiza el panorama son los embarazos adolescentes. El sociólogo expone que es importante brindar información de primera mano, para que las jóvenes en estado de gestación puedan adoptar buenos hábitos, y que además conozcan los beneficios que aporta la leche materna a un bebé: “una chica de 16 años que haya quedado embarazada debe estar en constante formación para que pueda alimentar y educar correctamente a su hijo”, añade.

Víctor considera que es fundamental que el Estado establezca pactos con otras instituciones nacionales e internacionales interesadas en el tema. Este es un gran paso que beneficiará a las actuales y futuras generaciones, asimismo, es necesario que la ciudadanía tome mayor conciencia.

 

TOME NOTA

La población indígena presenta mayor desnutrición y anemia.

EL DATO

Ecuador es el segundo país con más desnutrición infantil en América Latina.