Acotaciones: ¡Solemne dislate!

Acotaciones: ¡Solemne dislate!
ACOTACIONES. El Doctor Pedro Velasco Espinosa expuso su postura a este medio.

Por no decir ¡tamaña tontería! Un suelto de prensa del día de ayer, informa que la Corte Constitucional “retira el título de Patrona del Turismo Nacional”, otorgado a la Santísima Virgen del Cisne.

Hube de cerciorarme bien sobre la fecha del dato, comprobando no serlo del 28 de diciembre, día propicio para “inocentadas”.

O, los actores de la pachotada son unos perfectos pendejos, que no lo son, o, la Corte está sumida en la vagancia para dedicar su tiempo a una descabellada demanda de inconstitucionalidad sobre asunto tan ajeno a las delicadas competencias del máximo organismo constitucional de la República, de un tiempo a esta parte, con grado de excelencia en sus doctos pronunciamientos.

El pretexto: que el Ecuador, por así declararlo el bodrio del 2008, es un Estado “laico”.

Precisa recordar que fue el Libertador Bolívar, allá un 28 de julio de 1829, quien dictó, en Guayaquil, un decreto auspiciando la devoción y autorizando el traslado de la sagrada imagen de la Santísima Virgen del Cisne («Nuestra Señora de Guadalupe del Cisne») desde su Santuario en El Cisne hasta la ciudad de Loja, romería que se cumple todos los años entre el 15 de agosto y el 8 de septiembre, días estos declarados como de fiesta de la Virgen del Cisne por Breve de Su Santidad el Papa Pío IX, del 22 de junio de 1869.

Habría que declarar inconstitucionales, también, a las declaraciones de Patrona de las Fuerzas Armadas que tiene la Virgen de la Merced, o de Patrona del Ecuador que ostenta la Virgen del Quinche, o de Patrona de la Educación otorgado a la Madre Dolorosa del Colegio San Gabriel, por citar títulos los más solemnes otorgados a la Hija de Dios Padre y Madre de Dios Hijo.

De igual manera, la Corte Constitucional debería quitar los patronazgos que tienen varios Santos sobre las ciudades del Ecuador, tales como San Francisco de Asís, respecto de Quito, Santiago respecto de Guayaquil, Santa Ana respecto de Cuenca, San Gregorio respecto de Portoviejo y cientos de santos católicos cuyos nombres son invocados junto al nombre de decenas de ciudades, al tiempo que para ponerlas bajo su protección.

Igual suerte debería correr San Miguel Arcángel, patrono de la Justicia, San Alfonso María de Ligorio, patrono de los abogados, sin olvidar a Santo Tomás de Aquino patrono de los jueces.

Qué no olviden, por cierto, a San Judas Tadeo, patrono, entre otras aflicciones, de las “causas perdidas”, como es la de la Corte con semejante fallo.

Por reciprocidad, los ecuatorianos debemos pedir el amparo de San Expedito, patrono “de las causas justas y urgentes”, como urgente y justo es que se terminen tantos atropellos al sentido común.