En la calle 10 de Agosto y en las afueras de las iglesias crece la mendicidad en estas fechas. Hay diferentes realidades.
Diciembre es uno de los meses donde más ciudadanos optan por salir a la calle con niños, personas con discapacidad, tercera edad y otros grupos prioritarios de bajos recursos económicos a solicitar una limosna para comprar algo y compartir en el hogar. En la ciudad, varios individuos con recipientes en mano están ubicados en diferentes puntos de mayor concentración ciudadana.
Mendicidad en Loja
Cosme Arias Santafé, es una de las personas que pide caridad en estas fechas en la calle 10 de Agosto. Es oriundo de la ciudad de Chone, se trasladó a Loja hace 16 años, por ser una ciudad tranquila, segura y muy solidaria, menciona. “No es un buen año por la situación económica de las familias, pero la gente sí está colaborando con una moneda y lo que tengan según su voluntad, porque es una fecha y un tiempo para compartir”, dijo.
Vive solo en la ciudad, su discapacidad de más del 87% le impide que pueda cumplir con sus actividades de manera regular, por lo que desde muy temprano está despierto para salir a la calle con anticipación. Actualmente, tiene dos hijos estudiando en un colegio público, por lo tanto, debe sacar de forma diaria de la solidaridad de la gente para la alimentación, vestido y educación de su pequeña familia.
Recaudación diaria
Desmintió que la mendicidad sea una actividad para hacer dinero como algunos lo catalogan. Al mes, trabajando de manera diaria, desde la mañana hasta la tarde, logra conseguir entre 180 a 200 dólares, porque hay personas que entregan 0,05; 0,10; 0,15 y hasta 0,25 centavos, rara vez 0,50 o un dólar, contó.
Su mayor problema es la movilización y sus limitaciones. Desde hace 16 años, tras un accidente en un automóvil quedó postrado sin poder trabajar y optó por pedir caridad en las calles para sobrevivir. Mensualmente, recibe un bono de 100 dólares del Gobierno Nacional, pero son utilizados para la compra de medicina, puesto que no tiene una extremidad inferior y sufre de otras dolencias.
“Ayuda no ha habido, recién nos invitaron a un agasajo en el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), donde me entregaron algunos insumos y ropa. El resto de autoridades, nadie nos ha dicho tome una funda de caramelos o una canasta de Navidad, solo se acuerdan cuando son elecciones”, reveló.
Venezolanos en Loja
Otros casos de mendicidad que se observan con frecuencia, son las personas de nacionalidad venezolana, quienes están ubicados en diferentes espacios públicos, como calles, parques y semáforos con niños en brazos y mujeres embarazadas extendiendo su mano por ayuda. Otros se dedican a limpiar parabrisas, vender caramelos y frutas para obtener una moneda.
Intervención del Estado
El pasado 14 de diciembre, el MIES presentó la campaña Solidaridad sin Mendicidad en coordinación con otras instituciones para la atención de grupos prioritarios en estas fechas. El objetivo es sensibilizar y realizar contención para evitar que personas en riesgo de mendicidad y trabajo infantil salgan a las calles en esta Navidad. Aquí dispusieron que la ciudadanía pueda entregar sus donaciones, caramelos y ropa en buen estado a través de los puntos autorizados del MIES en las oficinas de la institución.
Durante este mes, a la par de la sensibilización, también realizarán abordajes con apoyo de la Policía Nacional para evitar que las personas salgan a pedir caridad en las calles o expongan a sus hijos al trabajo infantil. En la provincia de Loja, el Gobierno brinda atención a través de los proyectos de: erradicación progresiva del trabajo infantil, mendicidad y movilidad humana a 970 niños, adolescentes y personas vulnerables de los cantones: Loja, Paltas, Saraguro, Catamayo, Calvas y Sozoranga, con una inversión que supera los 589 mil dólares.
EL DATO En Loja existe una campaña denominada Solidaridad sin Mendicidad en esta época navideña.
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