El verano tiene muchos beneficios para nuestro organismo, sin embargo, también produce efectos negativos. Si quedamos expuestos a posibles golpes de calor, nuestro sistema nervioso se vuelve vulnerable.
Vivimos una nueva ola de calor con temperaturas de más de 40 grados que puede afectar a nuestro cerebro, a funciones como la atención, los reflejos o la memoria. Pero también el calor puede crearnos estrés térmico y tensión emocional. Nos lo explica Silvia Álava, especialista en Psicología General Sanitaria y en Psicología Educativa.
“A partir de los 40 grados nuestro cerebro deja de funcionar correctamente, ya que muchos de los procesos cognitivos empiezan a verse comprometidos” con las altas temperaturas de la ola de calor, afirma la psicóloga en unos vídeos que difunde el Instituto de Investigación Agua y Salud.
La hidratación continua sin esperar a tener sed y evitar la exposición en las horas centrales del día son algunas de las principales recomendaciones.
La ola de calor impacta en el cerebro
Exponerse a las altas temperaturas y estar deshidratados influye en el cerebro, en especial en estas funciones:
- Atención: se reducen los tiempos de atención, pero también la calidad, nos cuesta más poner el foco, es la llamada atención selectiva, fijarse en los detalles que necesito para realizar una tarea.
- Control de la interferencia: es más fácil que nos distraigamos.
- Fallos en la memoria a corto plazo: al estar más cansados y somnolientos, el cerebro funciona más despacio, la velocidad de procesamiento es menor. Lo podemos notar en que pensamos y ejecutamos más despacio.
- Los reflejos se enlentecen y esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de conducir.
¿Cómo gestionar el trabajo con altas temperaturas?
No siempre es posible evitar salir al exterior para poder realizar nuestro trabajo y tampoco sortear las horas de más calor.
- Con el calor baja la productividad y trabajamos más lento, necesitamos más tiempo.
- Las altas temperaturas nos hacen estar más irascibles, es mejor evitar roces con los compañeros.
- Hidratación constante en el puesto de trabajo, hay que tener una botella de agua al lado.
- Podemos mojarnos nucas y muñecas con agua fría para que baje la temperatura corporal.
- Evitar el alcohol porque hasta en pequeñas dosis hace que sea más complicado regular la temperatura y hace más fácil deshidratarnos y sufrir un golpe de calor porque interfiere en la capacidad de termorregulación.
- Para vestir elegir tejidos naturales que permitan la transpiración.
Estrés térmico, tensión emocional
La ola de calor afecta a nuestro cerebro y a nuestro estado emocional. Es el denominado estrés térmico que desencadena diferentes reacciones físicas y psicológicas.
“El estrés térmico -indica la psicóloga- también provoca estrés emocional, primero porque con el calor es difícil conciliar el sueño. La temperatura ideal para dormir es de 17-18 grados y, si no baja la temperatura, y no podemos dormir bien, nos levantamos irascibles, cansados y no podemos mantener la atención en el trabajo”.
También se pueden acrecentar los estados de las personas con ansiedad, depresión, tendencia a los pensamientos obsesivos e, incluso, agresividad. (EFE).
EL DATO
Hay un límite de calor a partir del cual nuestro cerebro no funciona correctamente: los 40℃.