Abigail Rains: el ballet y la música complementan su vida

BAILARINA. Abigail Rains, apasionada por el baile y la música

Años de experiencia le permiten contar historias y transmitir emociones a través del movimiento corporal.

 

La danza es una manifestación artística presente a nivel internacional. Esta práctica gana protagonismo en diferentes escenarios, puesto que representa una forma particular de trasmitir mensajes y emociones que recrean una historia.

El ballet o también conocido como danza clásica, goza de buena acogida en la localidad. Una de sus principales exponentes es Abigail Rains, bailarina de 18 años con presencia y estilo escénico.

Abigail tiene dos hermanos mayores, nació en Quito y es hija de padres norteamericanos. Vivió en la capital hasta los cinco años, posteriormente, se mudó junto a su familia a Estados Unidos. A los nueve años retornó al Ecuador para radicarse en Loja, sin embargo, hace algunos meses, la despampanante danzarina clásica viajó nuevamente a Norteamérica para cumplir con sus proyectos académicos y profesionalizarse en el baile.

En entrevista con diario La Hora, la habilosa ecuatoriana se refirió sobre su innato talento en esta disciplina.

¿Siempre te gustó el ballet?

Cuando era niña no sentí una conexión con el ballet, algo que sí ocurre en el caso de otras personas aficionadas por esta profesión. Cuando tuve 12 años vi una serie sobre baile moderno, y es en ese momento que me empezó a gustar e investigué cosas nuevas.

En un principio pensé que lo mío era el baile moderno y contemporáneo, sin embargo, terminé incursionando en la danza clásica. A mis 14 años tomé las primeras clases de ballet; esto me permitió descubrir técnicas y compartir momentos con las personas que forman parte de la academia “Lojadanza”.

Mis padres me apoyan incondicionalmente en esta actividad, por lo que me siento muy agradecida con ellos.

¿Cuál es tu mejor experiencia?

Pienso que las presentaciones y la interacción que tuve con mis compañeras. Con ellas viví bonitas experiencias, emociones y adrenalina antes de salir a un escenario. La conexión entre nosotras fue única porque nos comprendíamos y nos ayudábamos ante cualquier dificultad.

Asimismo, los profesores que me tutelaron en la academia “Lojadanza”: Carolina Napoleoni y David Arias, son dos instructores chilenos muy profesionales y con una amplia experiencia.

¿Cómo era tu rutina de ensayos en “Lojadanza”?

Mi horario de ensayos se modificó con la llegada de la pandemia. Normalmente tenía clases de lunes a jueves por la tarde, donde recibía en promedio dos horas diarias de práctica.

Cuando se declaró el confinamiento, aproveché la disponibilidad de tiempo para añadir rutinas de pilates y yoga que me permitan complementar el entrenamiento diario de ballet. Así mismo, tuve la oportunidad de tomar otras clases privadas, con la finalidad de prepararme antes de viajar a Estados Unidos, ya que uno de mis sueños es convertirme en una bailarina profesional.

¿Cuáles son tus mejores presentaciones?

La directora de “Lojadanza” realiza un muy buen trabajo porque se encarga de buscar oportunidades para que sus alumnas puedan presentarse. “El Cascanueces” puede ser una de mis participaciones favoritas, sin embargo, considero que todas son importantes porque requieren de arduo trabajo y esfuerzo.

¿Qué interpretaciones te gustaría hacer?

Me gustaría bailar en el ballet de “Giselle” porque me parece muy bonito. También me fascina el de “Don Quijote” porque tiene un estilo singular. Pienso que cada pieza que hago es un reto para mí porque requiere de nuevos conocimientos.

¿Qué es lo más complicado del ballet?

Para mí es el trabajo de puntas porque tengo los pies bastante flexibles y requiero de mayor fuerza para lograr el objetivo y podría llegar a lesionarme, sin embargo, estoy trabajando para controlar la flexibilidad de mis pies a través de las técnicas de equilibrio.

Hasta el momento sí me he lesionado levemente los tobillos y las rodillas, pero no he presentado mayores complicaciones.

¿El ballet es un baile para mujeres?

Definitivamente es para hombres también. Considero que el mundo del ballet necesita más presencia masculina, ya que el baile clásico lo que hace es contar historias que trasmitan un mensaje completo al público.

A nivel social se han creado estereotipos sobre el tema, ocasionando que los hombres no se sientan interesados en participar de esta actividad, puesto que la decoración de los escenarios donde se hace ballet suele tener una apariencia femenina y elegante. Por ello, es importante olvidarse de los pensamientos y críticas sociales, con el objetivo de que la historia que se represente a través del baile genere un mayor impacto.

 

¿A qué más te dedicas?

Estoy estudiando para obtener una licenciatura en “Producción y Tecnología de Música”. Tomo las clases de forma virtual con el fin de practicar el ballet de manera profesional.

La música siempre me ha gustado. Cantar es uno de mis hobbies favoritos, además, toco el piano, la guitarra y de vez en cuando escribo canciones.

Tuve la posibilidad de cantar en mi iglesia, sin embargo, deseo buscar más alternativas que me permitan potenciar este talento. Me atrae todo tipo de música y me gusta el trabajo de artistas antiguos y modernos como The Beatles, Sebastián Yatra, entre otros.

¿Cuáles son tus principales aspiraciones?

Quiero bailar ballet de forma profesional y crear mi propia música que ayude a la gente. Con mis canciones deseo transmitir mensajes que aporten cosas positivas a las personas.

En la actualidad estoy buscando academias de ballet en Estados Unidos para postular y desarrollar esta habilidad.

¿Qué te llevas de Loja al exterior?

Sin lugar a duda, las personas y la cultura son cosas únicas y muy significativas que valoro y extraño.

¿Cómo podemos encontrarte en redes sociales?

En Instagram estoy como @itsabicot. También tengo un canal de YouTube y de Twitch donde me pueden encontrar como itsAbicot

TOME NOTA

La disciplinada bailarina cursó sus estudios primarios y secundarios a través de clases virtuales.

EL DATO

En los próximos tres años, Abigail culminará su licenciatura en música.

EXTRACTO

“No sé cómo voy a usar la música en mi vida, pero con que esté creándola estoy feliz”