Redacción Imbabura.-
El Centro Cultural Intercultural Bilingüe Provincia de Loja, ubicado en la comunidad de Pijal Alto, del cantón Otavalo, en Imbabura, tiene listos los protocolos respectivos para que sus 93 estudiantes puedan volver a las aulas, de manera semipresencial.
La falta de recursos tecnológicos para acceder a las clases de forma virtual ha obligado a las instituciones educativas imbabureñas, ubicadas en las zonas rurales, a analizar el retorno progresivo a las aulas.
La Coordinación Zonal 1 de Educación, a través del Distrito Otavalo – Antonio Ante, ya socializó el plan institucional de continuidad educativa a los padres de familia de Pijal Alto, donde dio a conocer los ejes principales en los que se basa.
Retorno
“Estamos gustosos de volver a clases semipresenciales, pues contamos con la disposición de docentes y padres de familia que apoyan este plan. Lo importante es mejorar la educación en tiempos de pandemia para los estudiantes de Pijal Alto”, dijo Fernando Guzmán, director del establecimiento educativo, también en representación de la comunidad.
Por su parte, Verónica Silva, coordinadora zonal del Ministerio de Educación, mencionó que el objetivo del diálogo con la comunidad es la socialización del plan de continuidad educativa, donde, de acuerdo a la necesidad de los padres de familia, se hace el levantamiento del plan para retornar a las aulas, basados en todos los protocolos.
“El Ministerio de Educación busca la integración y el consenso en favor de mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje en sectores rurales del país. La educación garantiza el desarrollo integral de los educandos mediante la implementación de estos planes de retorno a clases en sectores rurales que lo requieran”, dijo.
Requisitos para volver a clases
Contar con la infraestructura educativa adecuada, el fortalecimiento pedagógico y seguir los protocolos de bioseguridad, son los tres ejes fundamentales para que las entidades educativas accedan a los planes de retorno progresivo a las aulas.
De acuerdo a las necesidades de cada establecimiento y la comunidad, se realiza un plan piloto entre autoridades del plantel, docentes y padres de familia. La finalidad principal es precautelar el bienestar y educación de las niñas, niños y jóvenes.
El COE Nacional, en conjunto con el Ministerio de Salud, a través de una previa revisión y articulación, se encargan de ejecutar cada requerimiento, para analizar la situación y luego aprobarla.
Zuleta fue el primer habilitado
El primer plan de retorno se cristalizó en la Unidad Educativa Zuleta, perteneciente a Ibarra, tras la aprobación de los respectivos protocolos.
Tras el petitorio de las comunidades de las parroquias de La Esperanza y Angochagua, ubicadas en la capital imbabureña, 179 estudiantes adoptaron la modalidad semipresencial de clases.