Trabajar por Ibarra

Mario García Gallegos

Me refiero al propósito inquebrantable y planificado, que a la luz de políticas claras nobles y desinteresadas permitan ver a Ibarra ocupar nuevamente el sitial prominente entre las ciudades más importantes del Ecuador, que la identificaban como un lugar lleno de historia, forjado por gente visionaria y noble que buscó horizontes de progreso en la ejecución de planes trascendentes, como el Ferrocarril Ibarra – San Lorenzo.

La gente que construyó el autódromo con cero presupuesto, la que mantuvo por años el anhelo de la integración binacional, la de las ferias y eventos trascendentes que impulsaron el desarrollo de la hotelería y el turismo, la que construyó con visión la única etapa bien hecha del mercado Amazonas: hoy horrible lacra en el rostro de Ibarra. ¿Dónde está toda esa pléyade de ciudadanos de bien que tomo en sus manos las responsabilidades abandonadas por la abulia consuetudinaria de autoridades que ocuparon el puesto, que lo hicieron solamente para alcanzar una posición personal banal y egocéntrica; ¿Qué paso con esa gente que jamás buscó ventajas personales? ¿Quiénes vinieron después de los años sesenta?

Ibarra ha crecido desordenadamente en manos de improvisados aprendices de la política y cabecillas de pacotilla que la han sumido en una inercia vegetativa. Ibarra ciudad privilegiada por la geografía para ser la pionera del norte, muestra con vergüenza un centro Histórico en ruinas: no tiene planes ni políticas permanentes para avanzar, no tiene centros de producción, no ofrece empleo ni actividad comercial sustentable, no tiene clamorosamente siquiera un mercado decente y sobre todo bien ubicado, ¡no existe vergüenza colectiva, ni elemental amor propio!

Ibarra exige ejecutividad, que su centro histórico sea intervenido urgentemente ¿Qué paso con el proyecto de ordenanza presentado hace dos años al Municipio por la Junta de Rescate Patrimonial?