Donaciones ilegales

En varios países de América Latina y el Caribe se están tomando precauciones para evitar la presencia de fondos que atentan a los procesos electorales que, por elemental sentido democrático, deben caracterizarse por su transparencia. Son estas medidas consecuencia de ingentes sobornos descubiertos por la Justicia de los Estados Unidos y reconocidos por la propia empresa brasileña Odebrecht que entregó coimas por centenares de millones de dólares a políticos y altos funcionarios públicos de Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y Venezuela.

Se ha informado que en nuestro país los pagos irregulares ascienden, aproximadamente, a 33,5 millones, sobornos que se dieron entre los años 2007 y 2016, es decir en aquella década por muchos motivos de triste recordación para los ecuatorianos.

Estos fondos mal habidos, los provenientes de Odebrecht, frecuentemente han sido entregados como supuestos aportes a las campañas electorales, para favorecer, obviamente, a los partidos o agrupaciones políticas afines a los gobiernos que concedieron los contratos de grandes obras, habida cuenta que no pocos de esos fondos se quedarían en los bolsillos particulares, de allí la proliferación, de la noche a la mañana, de nuevos ricos, algunos de los cuales exhiben, con la mayor desvergüenza, turbios caudales producto no del trabajo honrado sino de la galopante corrupción.

En Ecuador, muy pronto comenzará la nueva campaña electoral. El riesgo de contribuciones mal olientes no es nada ilusorio, por ello, con la oportunidad del caso, las autoridades deben intensificar controles efectivos, para evitar esta clase de aportes que conllevan compromisos secretos que perjudican al resplandor de la democracia y comprometen el honor nacional.
[email protected]