¿El último gol?

La Fabla Castellana es oro puro, es búcaro encendido de primores. De la sílaba al verso más logrado es numen de iniciados y poetas. El Señor de los doctos futbolero vela por todos sus guerreros: por los niños y jóvenes, también por los ancianos… Que el fútbol nos llene hasta el ocaso. Todo esto viene a cuento porque a mis 65 años, que los cumpliré en enero 2020, estoy ya pensando en el retiro. Son más de 55 años de jugar pelota todos los fines de semana. No quisiera parar nunca, pero las fuerzas ya no son las mismas. El cerebro ordena una jugada y las piernas flaquean como testigo falso. El último gol o, al menos, el penúltimo, está a punto de colarse en los piolines. En el alero de la nostalgia y la saudade. Allá donde moran las telarañas del olvido… Y como el Aucas, pese a su campaña que le llevó hasta las semifinales, tampoco este año fue campeón, no podrá ser consuelo en el adiós de mi pasión futbolera.

Fausto Zambrano Zúñiga
[email protected]

La Fabla Castellana es oro puro, es búcaro encendido de primores. De la sílaba al verso más logrado es numen de iniciados y poetas. El Señor de los doctos futbolero vela por todos sus guerreros: por los niños y jóvenes, también por los ancianos… Que el fútbol nos llene hasta el ocaso. Todo esto viene a cuento porque a mis 65 años, que los cumpliré en enero 2020, estoy ya pensando en el retiro. Son más de 55 años de jugar pelota todos los fines de semana. No quisiera parar nunca, pero las fuerzas ya no son las mismas. El cerebro ordena una jugada y las piernas flaquean como testigo falso. El último gol o, al menos, el penúltimo, está a punto de colarse en los piolines. En el alero de la nostalgia y la saudade. Allá donde moran las telarañas del olvido… Y como el Aucas, pese a su campaña que le llevó hasta las semifinales, tampoco este año fue campeón, no podrá ser consuelo en el adiós de mi pasión futbolera.

Fausto Zambrano Zúñiga
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La Fabla Castellana es oro puro, es búcaro encendido de primores. De la sílaba al verso más logrado es numen de iniciados y poetas. El Señor de los doctos futbolero vela por todos sus guerreros: por los niños y jóvenes, también por los ancianos… Que el fútbol nos llene hasta el ocaso. Todo esto viene a cuento porque a mis 65 años, que los cumpliré en enero 2020, estoy ya pensando en el retiro. Son más de 55 años de jugar pelota todos los fines de semana. No quisiera parar nunca, pero las fuerzas ya no son las mismas. El cerebro ordena una jugada y las piernas flaquean como testigo falso. El último gol o, al menos, el penúltimo, está a punto de colarse en los piolines. En el alero de la nostalgia y la saudade. Allá donde moran las telarañas del olvido… Y como el Aucas, pese a su campaña que le llevó hasta las semifinales, tampoco este año fue campeón, no podrá ser consuelo en el adiós de mi pasión futbolera.

Fausto Zambrano Zúñiga
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La Fabla Castellana es oro puro, es búcaro encendido de primores. De la sílaba al verso más logrado es numen de iniciados y poetas. El Señor de los doctos futbolero vela por todos sus guerreros: por los niños y jóvenes, también por los ancianos… Que el fútbol nos llene hasta el ocaso. Todo esto viene a cuento porque a mis 65 años, que los cumpliré en enero 2020, estoy ya pensando en el retiro. Son más de 55 años de jugar pelota todos los fines de semana. No quisiera parar nunca, pero las fuerzas ya no son las mismas. El cerebro ordena una jugada y las piernas flaquean como testigo falso. El último gol o, al menos, el penúltimo, está a punto de colarse en los piolines. En el alero de la nostalgia y la saudade. Allá donde moran las telarañas del olvido… Y como el Aucas, pese a su campaña que le llevó hasta las semifinales, tampoco este año fue campeón, no podrá ser consuelo en el adiós de mi pasión futbolera.

Fausto Zambrano Zúñiga
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