Presupuesto participativo secuestrado

POR: Rocío Erazo Benavides

La Federación de Barrios de Ibarra se encuentra encargada en una sola persona por un periodo de más de 20 años, esta práctica al parecer ha estado asentada en los barrios; hace cuatro meses se dio una reforma a la participación ciudadana la que invitó a nuevos representantes a ser parte de la democratización.

Este mismo escenario se trasladó a las cinco parroquias urbanas: San Francisco, El Sagrario, Alpachaca, Priorato y Caranqui; luego de haberse llevado una elección de comités parroquiales el 29 de septiembre, este proceso debió ser difundido por siete días por la municipalidad, y exclusivamente por el Departamento de Participación Ciudadana, para obtener la legitimidad y representatividad de las diferentes parroquias, sin embargo llamó la atención que no exista la debida normativa y base legal, evidenciándose un gran vacío en este proceso que no tiene obligatoriedad de votación, pero sí representatividad.

El llamado y la corresponsabilidad de la ciudadanía para ser partícipes y conocedores de la participación ciudadana a la cual todos estamos en el derecho a elegir y ser elegidos cuidando nuestros presupuestos participativos que son derechos ganados por los barrios, los mismos que en nuestra ciudad se han postergado siendo así: presupuesto 2017 y 2018 a entregarse en el periodo 2020, presupuesto 2019 a entregarse desde el 2020, el 25% durante cuatro años, presupuesto 2020 listo a aprobarse con sus necesidades que corresponderá $6493.96 a cada barrio.

Mis estimad@s vecin@s, ¿será que las necesidades de esta época esperan? ¿Será que las aspiraciones de los niños y adultos mayores se congelan en el tiempo?

Y los barrios se han quedado silenciosos ante este atropellamiento por parte de las autoridades de turno. Por tanto el reclamo de presupuestos atrasados que no superan el 4% es legítimo, pero debería haberse elevado la propuesta a que la participación presupuestaria sea superior ya que los impuestos y tasas son del gobierno central y local.

POR: Rocío Erazo Benavides

La Federación de Barrios de Ibarra se encuentra encargada en una sola persona por un periodo de más de 20 años, esta práctica al parecer ha estado asentada en los barrios; hace cuatro meses se dio una reforma a la participación ciudadana la que invitó a nuevos representantes a ser parte de la democratización.

Este mismo escenario se trasladó a las cinco parroquias urbanas: San Francisco, El Sagrario, Alpachaca, Priorato y Caranqui; luego de haberse llevado una elección de comités parroquiales el 29 de septiembre, este proceso debió ser difundido por siete días por la municipalidad, y exclusivamente por el Departamento de Participación Ciudadana, para obtener la legitimidad y representatividad de las diferentes parroquias, sin embargo llamó la atención que no exista la debida normativa y base legal, evidenciándose un gran vacío en este proceso que no tiene obligatoriedad de votación, pero sí representatividad.

El llamado y la corresponsabilidad de la ciudadanía para ser partícipes y conocedores de la participación ciudadana a la cual todos estamos en el derecho a elegir y ser elegidos cuidando nuestros presupuestos participativos que son derechos ganados por los barrios, los mismos que en nuestra ciudad se han postergado siendo así: presupuesto 2017 y 2018 a entregarse en el periodo 2020, presupuesto 2019 a entregarse desde el 2020, el 25% durante cuatro años, presupuesto 2020 listo a aprobarse con sus necesidades que corresponderá $6493.96 a cada barrio.

Mis estimad@s vecin@s, ¿será que las necesidades de esta época esperan? ¿Será que las aspiraciones de los niños y adultos mayores se congelan en el tiempo?

Y los barrios se han quedado silenciosos ante este atropellamiento por parte de las autoridades de turno. Por tanto el reclamo de presupuestos atrasados que no superan el 4% es legítimo, pero debería haberse elevado la propuesta a que la participación presupuestaria sea superior ya que los impuestos y tasas son del gobierno central y local.

POR: Rocío Erazo Benavides

La Federación de Barrios de Ibarra se encuentra encargada en una sola persona por un periodo de más de 20 años, esta práctica al parecer ha estado asentada en los barrios; hace cuatro meses se dio una reforma a la participación ciudadana la que invitó a nuevos representantes a ser parte de la democratización.

Este mismo escenario se trasladó a las cinco parroquias urbanas: San Francisco, El Sagrario, Alpachaca, Priorato y Caranqui; luego de haberse llevado una elección de comités parroquiales el 29 de septiembre, este proceso debió ser difundido por siete días por la municipalidad, y exclusivamente por el Departamento de Participación Ciudadana, para obtener la legitimidad y representatividad de las diferentes parroquias, sin embargo llamó la atención que no exista la debida normativa y base legal, evidenciándose un gran vacío en este proceso que no tiene obligatoriedad de votación, pero sí representatividad.

El llamado y la corresponsabilidad de la ciudadanía para ser partícipes y conocedores de la participación ciudadana a la cual todos estamos en el derecho a elegir y ser elegidos cuidando nuestros presupuestos participativos que son derechos ganados por los barrios, los mismos que en nuestra ciudad se han postergado siendo así: presupuesto 2017 y 2018 a entregarse en el periodo 2020, presupuesto 2019 a entregarse desde el 2020, el 25% durante cuatro años, presupuesto 2020 listo a aprobarse con sus necesidades que corresponderá $6493.96 a cada barrio.

Mis estimad@s vecin@s, ¿será que las necesidades de esta época esperan? ¿Será que las aspiraciones de los niños y adultos mayores se congelan en el tiempo?

Y los barrios se han quedado silenciosos ante este atropellamiento por parte de las autoridades de turno. Por tanto el reclamo de presupuestos atrasados que no superan el 4% es legítimo, pero debería haberse elevado la propuesta a que la participación presupuestaria sea superior ya que los impuestos y tasas son del gobierno central y local.

POR: Rocío Erazo Benavides

La Federación de Barrios de Ibarra se encuentra encargada en una sola persona por un periodo de más de 20 años, esta práctica al parecer ha estado asentada en los barrios; hace cuatro meses se dio una reforma a la participación ciudadana la que invitó a nuevos representantes a ser parte de la democratización.

Este mismo escenario se trasladó a las cinco parroquias urbanas: San Francisco, El Sagrario, Alpachaca, Priorato y Caranqui; luego de haberse llevado una elección de comités parroquiales el 29 de septiembre, este proceso debió ser difundido por siete días por la municipalidad, y exclusivamente por el Departamento de Participación Ciudadana, para obtener la legitimidad y representatividad de las diferentes parroquias, sin embargo llamó la atención que no exista la debida normativa y base legal, evidenciándose un gran vacío en este proceso que no tiene obligatoriedad de votación, pero sí representatividad.

El llamado y la corresponsabilidad de la ciudadanía para ser partícipes y conocedores de la participación ciudadana a la cual todos estamos en el derecho a elegir y ser elegidos cuidando nuestros presupuestos participativos que son derechos ganados por los barrios, los mismos que en nuestra ciudad se han postergado siendo así: presupuesto 2017 y 2018 a entregarse en el periodo 2020, presupuesto 2019 a entregarse desde el 2020, el 25% durante cuatro años, presupuesto 2020 listo a aprobarse con sus necesidades que corresponderá $6493.96 a cada barrio.

Mis estimad@s vecin@s, ¿será que las necesidades de esta época esperan? ¿Será que las aspiraciones de los niños y adultos mayores se congelan en el tiempo?

Y los barrios se han quedado silenciosos ante este atropellamiento por parte de las autoridades de turno. Por tanto el reclamo de presupuestos atrasados que no superan el 4% es legítimo, pero debería haberse elevado la propuesta a que la participación presupuestaria sea superior ya que los impuestos y tasas son del gobierno central y local.