Madre tenía a sus hijos entre la basura

SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.
SUCIEDAD. Esta es la habitación en la que los menores residían y donde se podía observar gran cantidad de residuos, heces de animales y hasta roedores.

Redacción IBARRA

Ayer, los niños J.D.A.B. A.L.B.T. y A.J.B.T. fueron recibidos en la Fundación Cristo de la Calle, después de que los uniformados de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niñas, Niños y Adolescentes (Dinapen) de Imbabura, los rescataran de su vivienda, un sitio desastroso en el que vivían entre heces de animales, ratas y basura. La madre de los menores solía abandonarlos por días, para luego retornar en estado etílico al lugar, manteniendo a los pequeños en condiciones infrahumanas, y sin ningún cuidado.

La alerta sobre los pequeños en situación de riesgo, fue elevada al ECU – 911, desde donde se desplegó a los policías, que de inmediato tomaron el respectivo procedimiento.

Un menor cocinaba para alimentar a sus hermanos

Uno de los infantes de tan solo cinco años de edad, era el encargado de prepararse únicamente arroz, o lo poco que podía conseguir de la generosidad de moradores, con lo que alimentaba a sus otros dos hermanos, mientras su madre, al parecer salía a los parques para reunirse con indigentes que se dedicaban a la ingesta de bebidas alcohólicas.

Los efectivos arribaron al sector de Alpachaca, específicamente al cruce de las calles Carrión y Cuenca, donde un adolescente identificado como E.A.B.T. hermano mayor de los otros tres infantes, les explicó a los policías que su madre tiene la costumbre de desaparecer por alrededor de dos días, para luego retornar ebria al lugar, el cual es un cuarto que servía como cocina también, y que desde la entrada, permitía observar la basura apilada en el suelo, sobre algunos enceres y hasta sobre una cama en la que dormían los pequeños. El hedor que desprendía el sitio, invadía el espacio, pues canes callejeros ingresaban en el sitio, donde también había heces de los mismos por casi todas partes.

Una especie de cocineta también fue hallada, en la que había restos de comida, probablemente en mal estado, siendo esta, usada por el infante que cocinaba, en medio del desordenado y sucio lugar, para alimentar a los otros menores.

Dinapen los ayudó

Con estos antecedentes, los efectivos de la Dinapen de Imbabura, de inmediato sacaron al pequeño de cinco años y a sus hermanos de tres cada uno, para llevarlos hasta la Fundación Cristo de la Calle, donde finalmente fueron recibidos para que en el sitio, reciban la atención que merecen, pues mientras que la madre los abandonaba, ninguna persona adulta velaba por su seguridad, siendo los uniformados de la Dinapen, quienes velando por la integridad de los niños, los auxiliaron. (MAGC)

Redacción IBARRA

Ayer, los niños J.D.A.B. A.L.B.T. y A.J.B.T. fueron recibidos en la Fundación Cristo de la Calle, después de que los uniformados de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niñas, Niños y Adolescentes (Dinapen) de Imbabura, los rescataran de su vivienda, un sitio desastroso en el que vivían entre heces de animales, ratas y basura. La madre de los menores solía abandonarlos por días, para luego retornar en estado etílico al lugar, manteniendo a los pequeños en condiciones infrahumanas, y sin ningún cuidado.

La alerta sobre los pequeños en situación de riesgo, fue elevada al ECU – 911, desde donde se desplegó a los policías, que de inmediato tomaron el respectivo procedimiento.

Un menor cocinaba para alimentar a sus hermanos

Uno de los infantes de tan solo cinco años de edad, era el encargado de prepararse únicamente arroz, o lo poco que podía conseguir de la generosidad de moradores, con lo que alimentaba a sus otros dos hermanos, mientras su madre, al parecer salía a los parques para reunirse con indigentes que se dedicaban a la ingesta de bebidas alcohólicas.

Los efectivos arribaron al sector de Alpachaca, específicamente al cruce de las calles Carrión y Cuenca, donde un adolescente identificado como E.A.B.T. hermano mayor de los otros tres infantes, les explicó a los policías que su madre tiene la costumbre de desaparecer por alrededor de dos días, para luego retornar ebria al lugar, el cual es un cuarto que servía como cocina también, y que desde la entrada, permitía observar la basura apilada en el suelo, sobre algunos enceres y hasta sobre una cama en la que dormían los pequeños. El hedor que desprendía el sitio, invadía el espacio, pues canes callejeros ingresaban en el sitio, donde también había heces de los mismos por casi todas partes.

Una especie de cocineta también fue hallada, en la que había restos de comida, probablemente en mal estado, siendo esta, usada por el infante que cocinaba, en medio del desordenado y sucio lugar, para alimentar a los otros menores.

Dinapen los ayudó

Con estos antecedentes, los efectivos de la Dinapen de Imbabura, de inmediato sacaron al pequeño de cinco años y a sus hermanos de tres cada uno, para llevarlos hasta la Fundación Cristo de la Calle, donde finalmente fueron recibidos para que en el sitio, reciban la atención que merecen, pues mientras que la madre los abandonaba, ninguna persona adulta velaba por su seguridad, siendo los uniformados de la Dinapen, quienes velando por la integridad de los niños, los auxiliaron. (MAGC)

Redacción IBARRA

Ayer, los niños J.D.A.B. A.L.B.T. y A.J.B.T. fueron recibidos en la Fundación Cristo de la Calle, después de que los uniformados de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niñas, Niños y Adolescentes (Dinapen) de Imbabura, los rescataran de su vivienda, un sitio desastroso en el que vivían entre heces de animales, ratas y basura. La madre de los menores solía abandonarlos por días, para luego retornar en estado etílico al lugar, manteniendo a los pequeños en condiciones infrahumanas, y sin ningún cuidado.

La alerta sobre los pequeños en situación de riesgo, fue elevada al ECU – 911, desde donde se desplegó a los policías, que de inmediato tomaron el respectivo procedimiento.

Un menor cocinaba para alimentar a sus hermanos

Uno de los infantes de tan solo cinco años de edad, era el encargado de prepararse únicamente arroz, o lo poco que podía conseguir de la generosidad de moradores, con lo que alimentaba a sus otros dos hermanos, mientras su madre, al parecer salía a los parques para reunirse con indigentes que se dedicaban a la ingesta de bebidas alcohólicas.

Los efectivos arribaron al sector de Alpachaca, específicamente al cruce de las calles Carrión y Cuenca, donde un adolescente identificado como E.A.B.T. hermano mayor de los otros tres infantes, les explicó a los policías que su madre tiene la costumbre de desaparecer por alrededor de dos días, para luego retornar ebria al lugar, el cual es un cuarto que servía como cocina también, y que desde la entrada, permitía observar la basura apilada en el suelo, sobre algunos enceres y hasta sobre una cama en la que dormían los pequeños. El hedor que desprendía el sitio, invadía el espacio, pues canes callejeros ingresaban en el sitio, donde también había heces de los mismos por casi todas partes.

Una especie de cocineta también fue hallada, en la que había restos de comida, probablemente en mal estado, siendo esta, usada por el infante que cocinaba, en medio del desordenado y sucio lugar, para alimentar a los otros menores.

Dinapen los ayudó

Con estos antecedentes, los efectivos de la Dinapen de Imbabura, de inmediato sacaron al pequeño de cinco años y a sus hermanos de tres cada uno, para llevarlos hasta la Fundación Cristo de la Calle, donde finalmente fueron recibidos para que en el sitio, reciban la atención que merecen, pues mientras que la madre los abandonaba, ninguna persona adulta velaba por su seguridad, siendo los uniformados de la Dinapen, quienes velando por la integridad de los niños, los auxiliaron. (MAGC)

Redacción IBARRA

Ayer, los niños J.D.A.B. A.L.B.T. y A.J.B.T. fueron recibidos en la Fundación Cristo de la Calle, después de que los uniformados de la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niñas, Niños y Adolescentes (Dinapen) de Imbabura, los rescataran de su vivienda, un sitio desastroso en el que vivían entre heces de animales, ratas y basura. La madre de los menores solía abandonarlos por días, para luego retornar en estado etílico al lugar, manteniendo a los pequeños en condiciones infrahumanas, y sin ningún cuidado.

La alerta sobre los pequeños en situación de riesgo, fue elevada al ECU – 911, desde donde se desplegó a los policías, que de inmediato tomaron el respectivo procedimiento.

Un menor cocinaba para alimentar a sus hermanos

Uno de los infantes de tan solo cinco años de edad, era el encargado de prepararse únicamente arroz, o lo poco que podía conseguir de la generosidad de moradores, con lo que alimentaba a sus otros dos hermanos, mientras su madre, al parecer salía a los parques para reunirse con indigentes que se dedicaban a la ingesta de bebidas alcohólicas.

Los efectivos arribaron al sector de Alpachaca, específicamente al cruce de las calles Carrión y Cuenca, donde un adolescente identificado como E.A.B.T. hermano mayor de los otros tres infantes, les explicó a los policías que su madre tiene la costumbre de desaparecer por alrededor de dos días, para luego retornar ebria al lugar, el cual es un cuarto que servía como cocina también, y que desde la entrada, permitía observar la basura apilada en el suelo, sobre algunos enceres y hasta sobre una cama en la que dormían los pequeños. El hedor que desprendía el sitio, invadía el espacio, pues canes callejeros ingresaban en el sitio, donde también había heces de los mismos por casi todas partes.

Una especie de cocineta también fue hallada, en la que había restos de comida, probablemente en mal estado, siendo esta, usada por el infante que cocinaba, en medio del desordenado y sucio lugar, para alimentar a los otros menores.

Dinapen los ayudó

Con estos antecedentes, los efectivos de la Dinapen de Imbabura, de inmediato sacaron al pequeño de cinco años y a sus hermanos de tres cada uno, para llevarlos hasta la Fundación Cristo de la Calle, donde finalmente fueron recibidos para que en el sitio, reciban la atención que merecen, pues mientras que la madre los abandonaba, ninguna persona adulta velaba por su seguridad, siendo los uniformados de la Dinapen, quienes velando por la integridad de los niños, los auxiliaron. (MAGC)