Investigan fármaco para enfrentar a la obesidad

ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.
ALERTA. La gordura no es señal de salud. El exceso de peso puede llevar a la muerte. Para combatirlo hay que llevar un estilo de vida saludable.

Científicos del Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico-Molecular de la Universidad Católica de Chile, liderados por Carlos Fardella y Pablo González, trabajan desde hace 11 años en un medicamento orientado a combatir la obesidad.

Las investigaciones les han llevado a determinar que la enzima 11 Beta hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 1 está más alta en el hígado y en el tejido adiposo de pacientes obesos crónicos, comparados con sujetos sanos.

Fardella dice que es probable que esa enzima haya servido a lo largo del desarrollo evolutivo de la humanidad, para acumular reservas de energías cuando el ser humano pasaba largos períodos sin comer, pero hoy es innecesaria, explica a la latercera.com.

Dicha enzima hace que la cortisona se convierta en cortisol y actúe cuando hay mucho estrés. Proporciona energía, regula el sodio, el potasio, la presión arterial, el sistema inmunitario y es un antiinflamatorio. Pero también hace que las células grasas aumenten y ganen cuerpo, promoviendo el síndrome metabólico, lo que se convierte en la puerta de entrada para la obesidad, la diabetes y la presión arterial, afirma el diabetólogo ecuatoriano Germán Armendáriz.

Más estudios
La investigación que se desarrolla en Chile contribuiría a “frenar a raya” el proceso de obesidad, las alteraciones al metabolismo, la diabetes y la presión alta, dice Armendáriz, pero al mismo tiempo explica que toda investigación médica toma varios años y etapas que debe ser superada para poner el producto en el mercado.

EL DATO
En el país, tres de cada 10 niños (entre 5 y 11 años) tienen sobrepeso u obesidad.Rodrigo Henríquez, docente de medicina de la Universidad de las Américas, dice que el estudio es interesante; sin embargo, para que pueda terminar como un medicamento aún faltan varios años de investigación.

Al estar en la fase preclínica, en la que han hecho pruebas en animales (ratones), todavía les quedan unos 10 años más de trabajo. En ese lapso –según el experto- deben pasar cuatro fases más, en las que se incluye una investigación en voluntarios sanos, para observar el funcionamiento del medicamento; un estudio en personas con problemas de salud, para saber los efectos secundarios; y pruebas a gran escala, a por lo menos 4.500 pacientes, que tienen que ser seguidas por un año, aproximadamente.

Este proceso podría tardar una década, para determinar si el medicamento llega al mercado.

Lo que se espera
La obesidad aparece por el sedentarismo, dieta no equilibrada o fuerte estrés. A esta enfermedad se la enfrenta promoviendo un cambio de estilo de vida, asegura Armendáriz.

2,8
millones de personas mueren anualmente en el mundo por obesidad.Henríquez menciona que hay tres grandes grupos para los tratamientos: planes de alimentación más actividad física; intervenciones quirúrgicas, como la cirugía bariátrica, recomendada para pacientes con obesidad mórbida; y medicamentos, que actualmente hay cuatro en el mercado.

Explicó que en investigación hay por lo menos 10 medicamentos más, en el que estaría incluido el de Chile.

Henríquez dice que los medicamentos interfieren en las rutas metabólicas y hormonales que conectan al cerebro con el estómago y los intestinos, y que están indicados solo para pacientes obesos, no para los que tiene sobrepeso. Este tratamiento debe ir acompañado de un plan de manejo multidisciplinario, que controla la alimentación, la actividad física y la salud mental. (CM)

Científicos del Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico-Molecular de la Universidad Católica de Chile, liderados por Carlos Fardella y Pablo González, trabajan desde hace 11 años en un medicamento orientado a combatir la obesidad.

Las investigaciones les han llevado a determinar que la enzima 11 Beta hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 1 está más alta en el hígado y en el tejido adiposo de pacientes obesos crónicos, comparados con sujetos sanos.

Fardella dice que es probable que esa enzima haya servido a lo largo del desarrollo evolutivo de la humanidad, para acumular reservas de energías cuando el ser humano pasaba largos períodos sin comer, pero hoy es innecesaria, explica a la latercera.com.

Dicha enzima hace que la cortisona se convierta en cortisol y actúe cuando hay mucho estrés. Proporciona energía, regula el sodio, el potasio, la presión arterial, el sistema inmunitario y es un antiinflamatorio. Pero también hace que las células grasas aumenten y ganen cuerpo, promoviendo el síndrome metabólico, lo que se convierte en la puerta de entrada para la obesidad, la diabetes y la presión arterial, afirma el diabetólogo ecuatoriano Germán Armendáriz.

Más estudios
La investigación que se desarrolla en Chile contribuiría a “frenar a raya” el proceso de obesidad, las alteraciones al metabolismo, la diabetes y la presión alta, dice Armendáriz, pero al mismo tiempo explica que toda investigación médica toma varios años y etapas que debe ser superada para poner el producto en el mercado.

EL DATO
En el país, tres de cada 10 niños (entre 5 y 11 años) tienen sobrepeso u obesidad.Rodrigo Henríquez, docente de medicina de la Universidad de las Américas, dice que el estudio es interesante; sin embargo, para que pueda terminar como un medicamento aún faltan varios años de investigación.

Al estar en la fase preclínica, en la que han hecho pruebas en animales (ratones), todavía les quedan unos 10 años más de trabajo. En ese lapso –según el experto- deben pasar cuatro fases más, en las que se incluye una investigación en voluntarios sanos, para observar el funcionamiento del medicamento; un estudio en personas con problemas de salud, para saber los efectos secundarios; y pruebas a gran escala, a por lo menos 4.500 pacientes, que tienen que ser seguidas por un año, aproximadamente.

Este proceso podría tardar una década, para determinar si el medicamento llega al mercado.

Lo que se espera
La obesidad aparece por el sedentarismo, dieta no equilibrada o fuerte estrés. A esta enfermedad se la enfrenta promoviendo un cambio de estilo de vida, asegura Armendáriz.

2,8
millones de personas mueren anualmente en el mundo por obesidad.Henríquez menciona que hay tres grandes grupos para los tratamientos: planes de alimentación más actividad física; intervenciones quirúrgicas, como la cirugía bariátrica, recomendada para pacientes con obesidad mórbida; y medicamentos, que actualmente hay cuatro en el mercado.

Explicó que en investigación hay por lo menos 10 medicamentos más, en el que estaría incluido el de Chile.

Henríquez dice que los medicamentos interfieren en las rutas metabólicas y hormonales que conectan al cerebro con el estómago y los intestinos, y que están indicados solo para pacientes obesos, no para los que tiene sobrepeso. Este tratamiento debe ir acompañado de un plan de manejo multidisciplinario, que controla la alimentación, la actividad física y la salud mental. (CM)

Científicos del Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico-Molecular de la Universidad Católica de Chile, liderados por Carlos Fardella y Pablo González, trabajan desde hace 11 años en un medicamento orientado a combatir la obesidad.

Las investigaciones les han llevado a determinar que la enzima 11 Beta hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 1 está más alta en el hígado y en el tejido adiposo de pacientes obesos crónicos, comparados con sujetos sanos.

Fardella dice que es probable que esa enzima haya servido a lo largo del desarrollo evolutivo de la humanidad, para acumular reservas de energías cuando el ser humano pasaba largos períodos sin comer, pero hoy es innecesaria, explica a la latercera.com.

Dicha enzima hace que la cortisona se convierta en cortisol y actúe cuando hay mucho estrés. Proporciona energía, regula el sodio, el potasio, la presión arterial, el sistema inmunitario y es un antiinflamatorio. Pero también hace que las células grasas aumenten y ganen cuerpo, promoviendo el síndrome metabólico, lo que se convierte en la puerta de entrada para la obesidad, la diabetes y la presión arterial, afirma el diabetólogo ecuatoriano Germán Armendáriz.

Más estudios
La investigación que se desarrolla en Chile contribuiría a “frenar a raya” el proceso de obesidad, las alteraciones al metabolismo, la diabetes y la presión alta, dice Armendáriz, pero al mismo tiempo explica que toda investigación médica toma varios años y etapas que debe ser superada para poner el producto en el mercado.

EL DATO
En el país, tres de cada 10 niños (entre 5 y 11 años) tienen sobrepeso u obesidad.Rodrigo Henríquez, docente de medicina de la Universidad de las Américas, dice que el estudio es interesante; sin embargo, para que pueda terminar como un medicamento aún faltan varios años de investigación.

Al estar en la fase preclínica, en la que han hecho pruebas en animales (ratones), todavía les quedan unos 10 años más de trabajo. En ese lapso –según el experto- deben pasar cuatro fases más, en las que se incluye una investigación en voluntarios sanos, para observar el funcionamiento del medicamento; un estudio en personas con problemas de salud, para saber los efectos secundarios; y pruebas a gran escala, a por lo menos 4.500 pacientes, que tienen que ser seguidas por un año, aproximadamente.

Este proceso podría tardar una década, para determinar si el medicamento llega al mercado.

Lo que se espera
La obesidad aparece por el sedentarismo, dieta no equilibrada o fuerte estrés. A esta enfermedad se la enfrenta promoviendo un cambio de estilo de vida, asegura Armendáriz.

2,8
millones de personas mueren anualmente en el mundo por obesidad.Henríquez menciona que hay tres grandes grupos para los tratamientos: planes de alimentación más actividad física; intervenciones quirúrgicas, como la cirugía bariátrica, recomendada para pacientes con obesidad mórbida; y medicamentos, que actualmente hay cuatro en el mercado.

Explicó que en investigación hay por lo menos 10 medicamentos más, en el que estaría incluido el de Chile.

Henríquez dice que los medicamentos interfieren en las rutas metabólicas y hormonales que conectan al cerebro con el estómago y los intestinos, y que están indicados solo para pacientes obesos, no para los que tiene sobrepeso. Este tratamiento debe ir acompañado de un plan de manejo multidisciplinario, que controla la alimentación, la actividad física y la salud mental. (CM)

Científicos del Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico-Molecular de la Universidad Católica de Chile, liderados por Carlos Fardella y Pablo González, trabajan desde hace 11 años en un medicamento orientado a combatir la obesidad.

Las investigaciones les han llevado a determinar que la enzima 11 Beta hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo 1 está más alta en el hígado y en el tejido adiposo de pacientes obesos crónicos, comparados con sujetos sanos.

Fardella dice que es probable que esa enzima haya servido a lo largo del desarrollo evolutivo de la humanidad, para acumular reservas de energías cuando el ser humano pasaba largos períodos sin comer, pero hoy es innecesaria, explica a la latercera.com.

Dicha enzima hace que la cortisona se convierta en cortisol y actúe cuando hay mucho estrés. Proporciona energía, regula el sodio, el potasio, la presión arterial, el sistema inmunitario y es un antiinflamatorio. Pero también hace que las células grasas aumenten y ganen cuerpo, promoviendo el síndrome metabólico, lo que se convierte en la puerta de entrada para la obesidad, la diabetes y la presión arterial, afirma el diabetólogo ecuatoriano Germán Armendáriz.

Más estudios
La investigación que se desarrolla en Chile contribuiría a “frenar a raya” el proceso de obesidad, las alteraciones al metabolismo, la diabetes y la presión alta, dice Armendáriz, pero al mismo tiempo explica que toda investigación médica toma varios años y etapas que debe ser superada para poner el producto en el mercado.

EL DATO
En el país, tres de cada 10 niños (entre 5 y 11 años) tienen sobrepeso u obesidad.Rodrigo Henríquez, docente de medicina de la Universidad de las Américas, dice que el estudio es interesante; sin embargo, para que pueda terminar como un medicamento aún faltan varios años de investigación.

Al estar en la fase preclínica, en la que han hecho pruebas en animales (ratones), todavía les quedan unos 10 años más de trabajo. En ese lapso –según el experto- deben pasar cuatro fases más, en las que se incluye una investigación en voluntarios sanos, para observar el funcionamiento del medicamento; un estudio en personas con problemas de salud, para saber los efectos secundarios; y pruebas a gran escala, a por lo menos 4.500 pacientes, que tienen que ser seguidas por un año, aproximadamente.

Este proceso podría tardar una década, para determinar si el medicamento llega al mercado.

Lo que se espera
La obesidad aparece por el sedentarismo, dieta no equilibrada o fuerte estrés. A esta enfermedad se la enfrenta promoviendo un cambio de estilo de vida, asegura Armendáriz.

2,8
millones de personas mueren anualmente en el mundo por obesidad.Henríquez menciona que hay tres grandes grupos para los tratamientos: planes de alimentación más actividad física; intervenciones quirúrgicas, como la cirugía bariátrica, recomendada para pacientes con obesidad mórbida; y medicamentos, que actualmente hay cuatro en el mercado.

Explicó que en investigación hay por lo menos 10 medicamentos más, en el que estaría incluido el de Chile.

Henríquez dice que los medicamentos interfieren en las rutas metabólicas y hormonales que conectan al cerebro con el estómago y los intestinos, y que están indicados solo para pacientes obesos, no para los que tiene sobrepeso. Este tratamiento debe ir acompañado de un plan de manejo multidisciplinario, que controla la alimentación, la actividad física y la salud mental. (CM)