Gonzalo Benítez y sus canciones del alma

‘Canciones del alma’ eran las del dúo Benítez y Valencia. Desde los años 40 del siglo pasado, en que sus dos integrantes se juntaron para hacer su vida artística, sus voces se transformaron en símbolo vivo del ser ecuatoriano, en expresión profunda de la identidad nacional.

A estas alturas, nadie discute que Gonzalo Benítez y Luis Alberto Valencia son dos grandes del Ecuador. Los recordamos cada vez que escuchamos su música.

Gonzalo Benítez fue en muchos sentidos un maestro. Primero, porque era un docente que ejerció su profesión con calidad y empeño por años. Segundo, porque inspiró a muchos que con su ejemplo abrazaron la vida artística, valorizándola con una dedicación digna. Y, por fin, porque enseñó a varias generaciones, canción por canción, a amar al Ecuador y a querer a sus gentes.

Gonzalo fue por 70 años uno de los más calificados intérpretes de nuestra música y quizás el más querido de nuestros artistas, junto con su compañero Luis Alberto, el famoso ‘Potolo’, con quien formó dúo hasta que los separó la muerte.

Luego del fallecimiento de Valencia en 1970, Gonzalo siguió actuando solo y desarrolló una nueva faceta de su personalidad artística. Fue también un compositor de calidad. Muchos conocemos de su participación en la producción colectiva de ‘Vasija de barro’, un consagrado símbolo nacional. Así también, fue autor de una buena cantidad de pasillos, aires típicos y otras canciones que se interpretan hoy como parte de nuestro patrimonio cultural.

(Resumen del texto extraído de ‘Gente de Imbabura’, de Enrique Ayala Mora)