LAURA BENÍTEZ CISNEROS.
El problema de la corrupción se ha venido afianzándose en América Latina en la última década en los mandatarios de los países, legisladores, jueces, fiscales y los ciudadanos de toda Latinoamérica y parte del Caribe, para combatir la lucha contra este problema es fortalecer en primer plano la independencia judicial nombrando agente nueva y proba, con transparencia en sus acciones durante su vida administrativa y de trabajo sin politiquerías sino con el afán de servir y hacer honor a la balanza de justicia que tienen como su símbolo.
Entre los ciudadanos y el pueblo debe haber una explicación más explícita en el accionar de los partidos y movimientos políticos, que pretenden llegar al poder, para esto deben aplicar normas y reglas claras que beneficien y den satisfacción al pueblo al elegir a candidatos honestos de transparencia tanto moral, económica y social .
La cooperación de esta gente es poner énfasis en lo que se va hacer y realizar con mentalidad clara y sin escándalos que perjudiquen la tranquilidad y estabilidad de un país o nación como lo fue: el caso de Odebrecht en algunos países latinos y entre ellos nuestro Ecuador con un alcance internacional impresionante.
Otro factor fundamental para combatir la corrupción es inyectar transparencia clara en las contrataciones públicas ya que esta gente se ha prestado para muchos casos de corrupción, nepotismo, peculado y mal manejo de los fondos del Estado o volver a la antigua práctica en donde cualquier servidor público, o trabajador de alto o bajo rango tenían que presentar una caución de acuerdo al monto y cantidad de dinero que iban a manejar, para poder ejercer el cargo público y cuando se daba por terminado el contrato se levantaba la caución, de lo contrario tenía que pagar con la prenda o dinero que había dejado durante el tiempo que duraba el trabajo.