El Día de la Mujer Negra

POR: Víctor Hugo Portocarrero

Los procesos de colonización, las insurrecciones independentistas, la avanzada del liberalismo en el mundo y en particular en los territorios colonizados de Inglaterra, España, Francia, etc., tienen el sello de la ignominia más retrógrada vivida y de los procesos heroicos de hombres y mujeres que habían perdido su historia y que creaban otra sin patria, sin bandera, sólo, “la cadena rota”.

Los primeros cónclaves libertarios, fueron cocidos en las meriendas de negros, preparadas por las manos de las “Mujeres Negras”. El hecho de que todavía mantengamos la dignidad la debemos a ellas.

La “Mujer Negra”, no sólo tuvo que soportar todo tipo de vejamen, sino también tuvo que soportar en una acción por demás de abundante coraje y reserva de dignidad, el hecho de que los hombres de su pueblo aprendieran obligados las posiciones atrasadas del negrero esclavista.

Si la historia ocultó los hechos del Pueblo Negro, dentro de los relatos, se invisibiliza aún más la acción destacada de la “Mujer Negra”.

La historia de nuestros pueblos ni siquiera ha sido borrada, tan…, no ha sido escrita; los textos mayoritariamente, salvo uno que otro actor, que se arriesga a la condena de insurgente, tienen una construcción narrativa que ensalza el papel del conquistador y su pro generes y culmina con la edificación mesiánica de seres destinados a ser más allá del villano, los superhéroes de las páginas escritas.

Sin embargo, en el marco de una sofisticada acción de inteligencia, la “Mujer Negra”, encargada de mantener vivo a su pueblo, logró, al ritmo del tambor, en los danzantes contorneos y tejidos de su cabellera, vestir y trazar la ruta del cimarrón, y posibilitar la acción emblemática de los procesos libertarios. Por eso y más, hoy conmemoramos el Día de la Mujer Negra.