Violencia y delincuencia

POR: Laura Benítez Cisneros

Es un panorama desolador hablar de la violencia y delincuencia en nuestro país, con demasiada frecuencia se ve y se escucha la información de los medios de comunicación sobre femicidio, muerte por tráfico de estupefacientes o venganzas con saldos fatales, que dejan en la orfandad a criaturas inocentes y familiares hundidos en la depresión y miseria. Es elemental que los gobernantes combatan estos terribles males que azotan a la sociedad.

Es bien visto la suscripción de los convenios que realizaron la Alcaldesa de Guayaquil y la Ministra del Interior o de Gobierno y Policía, para frenar a la violencia y delincuencia. Son pasos fundamentales para la buena marcha de las ciudades del Ecuador seguir ese ejemplo de concientización democrática, trabajar mancomunadamente y que se haga realidad en todas las provincias del Ecuador y hacer de esto una política pública en beneficio de todos los ecuatorianos que deseamos gozar de paz y tranquilidad en nuestro cotidiano vivir.

Es necesario y urgente que el primer mandatario ponga en consideración de la Asamblea este tema delicado como lo es la violencia y delincuencia, utilizando un lenguaje que genere educación y comprensión, que es el arma más poderosa en la que podemos confiar, cambiando definitivamente el esquema de estudios tanto de la sección primaria, secundaria y universitaria, sin trabas ni papeleos burocráticos, para poder ingresar a una universidad del país. Debemos y tenemos derechos a una educación de calidad, sin problemas, evitando de esta manera parte de la desocupación de mujeres y hombres que al no tener a que dedicarse lo más fácil es delinquir y prostituirse. Es una obligación moral que el gobernante de turno vele por la integridad social de su gente.

Es una verdad que toca invertir, compartir y tener infinita paciencia, pero ante las dificultades de la actual crisis económica que tenemos como herencia del anterior gobierno, es la hora de salir adelante, trabajar para surgir y luchar para alcanzar.