Tras un cierre de cinco meses, el templo central de la ciudad espera abrir sus puertas. Se estima que sea en los primeros días de agosto.
Pimampiro. Son decenas de feligreses que aún no comprenden la situación ni el por qué cerraron las puertas de la iglesia principal de Pimampiro, por tanto tiempo, para concretar una obra que estiman pudo concluirse en menos de un mes.
En la actualidad, los personeros municipales se entrevistaron con el INPC (Instituto Nacional de Patrimonio Cultural) para conocer sus posiciones frente a la remodelación del templo, que estaba propuesta al interior de la iglesia.
Con las directrices, la semana anterior, el mismo municipio administrativamente levantó el impedimento que pesaba sobre la obra, por ser infraestructura patrimonial.
De acuerdo con el director de Obras Públicas municipales, Vantroy Jiménez, existe un aval desde el Instituto de Patrimonio para que continúen con los trabajos, al determinar que el mismo cabildo posee las competencias para retomar las labores, apegadas a las especificaciones patrimoniales.
Por lo tanto, señaló que desde la próxima semana se reiniciará la obra, con la ubicación del nuevo piso a base de baldosa. No obstante en uno de los perímetros eclesiales dejarán un vestigio del suelo antiguo, como constancia y registro de cómo estaba constituida el área antes.
El funcionario aspiró y estimó que los primeros días de agosto pueda concretarse el trabajo y se abra nuevamente las puertas de la iglesia, para la realización de las eucaristías.
Opina la ciudadanía
Angelina Guzmán, habitante de la ciudad y vecina del santuario, dijo que fue desacertada la decisión de las autoridades de cerrar las puertas del templo. Agregó que casi ya no es tan patrimonial la iglesia, ya que con el pasar del tiempo le han ido retocando la infraestructura, como la cubierta y otros sectores.
“Esta vez hicieron un problema sin fundamento, perjudicando una renovación que era necesaria, que era el colocar el nuevo piso”, explicó.
Ricardo López, representante de la Hermandad de los Santos Varones de Pimampiro, mencionó que se propuso renovar el piso porque estaba desgastado.
Informó que desde el 2017 buscaron recursos con los grupos pastorales para arreglar la capilla, con lo que de forma paulatina se logró readecuar las paredes, pintura, así como la restauración de cuadros religiosos y el altar, que fue lo más costoso, bordeando los 40.000 dólares, valor que aún siguen pagando.
Polémica
En este año se plantearon remozar el piso, el cual entró en polémica con las autoridades anteriores del GAD y el aspirante a la Alcaldía en ese entonces y actual burgomaestre, quien aportó con el material, pero se restringió el proyecto alegando que es una infraestructura patrimonial.
Todo el tiempo que se mantuvo la controversia, los feligreses debieron llegar a las homilías al sector de Santa Clara, templo que incluso quedaba pequeño y no abarcaba a todos los católicos. (APLA)