Un Estado fallido

El régimen de Nicolás Maduro tiene, finalmente, de qué vanagloriarse: ha logrado convertir a Venezuela, el país con las mayores reservas de petróleo del mundo, en una nación sin gasolina donde la población puede pasar días en cola para adquirir el combustible. O sea que a las penurias de los venezolanos, incluidos apagones y escasez de bienes básicos como medicinas y alimentos se suma la falta de combustible.

Mientras la dictadura sigue enviando petróleo, gasolina y diesel a Cuba, el país bolivariano se encuentra paralizado por la escasez: no hay clases, distribución de alimentos, ni transporte público; tampoco los bancos tienen dinero en efectivo y mucha gente deben hurgar a diario en la basura para encontrar algo de comer.

Que un huevo en Venezuela cueste lo mismo que 93,3 millones de litros de gasolina es algo muy difícil de creer. En la otrora potencia petrolera, la hiperinflación hace que el combustible sea practicamente regalado. Un huevo en el supermercado se paga a 933 bolívares, pero en la estación de servicio un litro de gasolina cuesta 0,00001 bolívares.

Mientras, ni Maduro ni el líder opositor Juan Guaidó están en tónica pacifista. Ambos han incitado al pueblo a defenderse del Gobierno, incluso por la vía armada. La diferencia es que Maduro descansa tranquilamente sobre un nido de alacranes que lo pueden picar en cualquier momento.

Venezuela, un país que llegó a ser ejemplo de democracia, hoy es un Estado fallido y, por lo tanto, el mayor peligro para toda la región. Algo hay que hacer y pronto.


Desde los tiempos de Adán, los necios están en mayoría”. Casimir Delavigne Poeta y dramaturgo francés (1793-1843)

No es necio el que hace la necedad, sino el que, hecha, no la sabe encubrir”. Baltasar Gracián Escritor español (1601-1658)