POR: Oswaldo Echeverría
Imbabura, entre su diversidad cultural, acoge a las nacionalidades kichwas Karanqui, Kayambi, Otavalo e Imbaya, las mismas que conservan hasta la actualidad su vestimenta tradicional. Me referiré particularmente a la vestimenta de la mujer, por su colorido y elegancia expresado en sus prendas, en cuyas camisas, camisones o blusas está presente el bordado con figuras alusivas a la naturaleza y a su cosmovisión.
En el caso de la vestimenta de la mujer Otavalo e Imbaya tienen similitud y está integrada por la camisa bordada entre el pecho y espaldar, anaco blanco y anaco negro hasta los tobillos, la mama chumbi o faja, la fachalina y la huma watarina como cobertor de cabello, calzan los alpargates, lucen gualcas en su cuello, orejeras y las manillas en sus muñecas.
La mujer Kayambi utiliza un centro, llamado así al anaco plisado muy finamente, de diferentes colores que combinan con el color de bordado de las blusas, además un sombrero de ala corta con una pluma verde de pavo real; también utilizan gualcas, pero con mayor abultamiento que las mujeres Otavalo y, dependiendo de la edad, con perlas doradas cada vez más grandes. También utilizan manillas de perlas rojas, aretes grandes, colgantes y sombrero de color oscuro.
La mujer Karanqui que habita algunas comunidades al costado de Zuleta y La Esperanza tienen similar vestimenta que la Kayambi, solo varía en los diseños bordados de la blusa, pero para el caso de las comunidades de Angochagua, La Rinconada y otras comunidades a sus costados, el anaco es blanco y negro, con cierta similitud a la de la mujer Otavalo, pero más corto, ya que se eleva hasta cuatro dedos por debajo de la rodilla.
Aunque el antecedente del uso de estas prendas tiene origen en la colonización, corresponde a un elemento de identidad importante, que resalta la belleza de nuestra mujer kichwa.