A ubicarse

POR: José Albuja Chávez

Por angas y por mangas el Presidente Moreno se encuentra en silencio estratégico y misterioso, cuando su Secretario General de la Presidencia de la República renuncia a sus funciones, o le piden, luego de un episodio vergonzante al dirigirse en reunión planificada con los gobernadores de varias provincias del país, en que informa y “cuenta” a tan dilectos asistentes los pormenores que internamente rodearon al movimiento Alianza País en el último evento electoral.

Mucho desenfado y soltura de huesos hay cuando revela ominosos fraudes gestados con anticipación y en el devenir de las últimas elecciones presidenciales y de asambleístas, así como un descarnado cinismo para aceptar que estaban conscientes de la corrupción prevaleciente denunciada por diferentes estamentos de la ciudadanía que miraba el discurrir del aguaje desde la orilla opuesta.

Y vaya, como “yapa”, nos infiere que el diálogo presidencial es una estrategia para distraer a los contertulios y no hacerles caso en absoluto. Es que Mangas es “correísta” o “morenista”, o ¿ambas cosas a la vez? Parecería que sí. Lo cierto es que, partido o no por dentro, el movimiento AP ha dado mucho que hablar en la última década, si a veces hasta hay indicios de ponerse de acuerdo como grupo hegemónico cuando de fiscalizar se trata. Mutis por el foro. Viva la Patria. Todo es descontextualización. Genios.

Pero también adviene una cereza navideña, crujiente y vinagrosa, cuando el Superintendente de Comunicación obra de denunciante, defensor, agredido, juez y sentenciador, y le brillan los ojos, cual semáforos incandescentes, por la multa que ya se prepara para recibir en las arcas voraces de una cuenta que clama por efectivo. ¡Es el verdadero ganador de “Yo me llamo”! Pero tiene que digerir previamente una glosa…

Si el Presidente Moreno no reacomoda con urgencia su gabinete y su nómina de altos funcionarios con elementos que respiren la camiseta nacional hasta la Consulta Popular del próximo febrero tambalea para consuelo de lobos y zorros que todavía merodean palacio.