Cada cierto tiempo se analiza si se cumplen los parámetros para esta denominación, que en la provincia va a cumplir tres años.
Redacción IMBABURA
A pocos días de cumplir tres años con la denominación de Imbabura como Geoparque Mundial de la Unesco, la provincia ya piensa en la evaluación que harán los organismos mundiales para ratificar o suspender la calificación.
Sin embargo, desde las autoridades locales se menciona que se han cumplido con todos los parámetros exigidos por la Unesco para seguir siendo parte de los alrededor de 150 geoparques que existen en el mundo y el único del Ecuador, por lo que esperan que la denominación sea ratificada en 2023.
Carlos Merizalde, director general de Geoparque Imbabura, explicó que las evaluaciones para presentar avances y problemas en el proyecto se entregan periódicamente a la Unesco, quienes basándose en esa información y con visitas programadas, ratifican cada cuatro años la denominación, que aparte de la exposición mundial de los territorios busca otros beneficios en las localidades.
“Se contempla una evaluación de alrededor de 200 indicadores, donde hay que hacer una autoevaluación y luego los evaluadores de la Unesco vendrán a hacer la verificación de los progresos”, expuso, agregando que no consideran que peligre la denominación de Geoparque Mundial, a pesar de estar conscientes de las debilidades que se tiene como provincia.
Aporte al turismo
A decir de las autoridades provinciales, la denominación ha marcado un antes y un después en la vida de la provincia, desde abril de 2019, cuando Imbabura calificó para ser considerado por la Unesco como uno de sus geoparques.
Merizalde, por su parte, destaca que el turismo ha dado un salto importante en estos tres años, así como el empoderamiento de los imbabureños con su territorio. “Antes Imbabura prácticamente no tenía productos turísticos identificados y definidos, pero ahora poco a poco ya vamos observando que los senderos empiezan a tomar forma”.
Agregó que conjuntamente con los Gobiernos parroquiales, comuneros, academia, instituciones públicas y privadas se busca potenciar el turismo en cada una de las 36 parroquias de la provincia, marcando estrategias que ayuden a una pronta recuperación económica, tomando en cuenta que en los tres años que Imbabura va a cumplir como Geoparque Mundial, dos han pasado en medio de la pandemia de COVID-19.
Desde la Prefectura de Imbabura detallaron que uno de los primeros pasos fue identificar los sitios más estratégicos, que hasta el momento superan los 100, para comenzar con la implementación de señalética y puntos de control, con información turística, a través de un proyecto que también trabaja en digitalizar todos los senderos de la provincia, para que los turistas puedan recorrerlos con mayor facilidad.
Según Merizalde, dentro de estas acciones también se ha conseguido que la población de a poco se involucre no solo en contar con mejores servicios turísticos, sino en mantener y cuidar el espacio natural de la provincia.
“Creo que hemos ido entendiendo que ser un Geoparque Mundial es un instrumento, una herramienta para el desarrollo de buenas prácticas sostenibles, desde lo económico, desde lo ambiental, desde lo social”, explicó.
Por parte de los actores turísticos, Andrés Acosta mencionó que la denominación ha contribuido a tener una mayor exposición tanto a nivel nacional y mundial, aunque agrega que la pandemia no permitió ver reflejado inmediatamente este factor.
Debilidades por superar
Entre las debilidades que reconocen los coordinadores del Geoparque Mundial está el no contar con estadísticas concretas de los visitantes que llegan a los diferentes atractivos y servicios turísticos, por lo que prácticamente no se conoce a ciencia cierta cuánto ha sido el aporte de esta denominación a la provincia.
“No tenemos una medición objetiva y adecuada de los gestores turísticos, de cuánto es el aporte del turismo a la actividad económica de la provincia y tampoco del país. Hay que trabajar con todos los actores del turismo para poder hacer estadística y poder evaluar, entonces ahí tendremos una información certera y contaremos con más elementos para planificar de mejor manera”, dijo Merizalde.
Expuso también que los sitios turísticos, como lagunas o ríos, muestran cierto grado de contaminación por lo que se debe invertir en recuperar estos espacios y mantenerlos en buen estado, ofertando servicios de calidad que los complementen.
Agregó que a pesar de no contar con una estadística provincial o nacional sobre el aporte turístico, en ciertos emprendimientos se nota claramente el aumento de visitantes, destacando que la pandemia también aportó a que los sectores rurales, al tener espacios abiertos, ganen lugar entre las preferencia turísticas.
¿Qué es un Geoparque Mundial?
El proceso para lograr esta calificación se inició en 2015, con la firma de un acuerdo para que los organismos autónomos descentralizados locales de Imbabura se comprometieran a alcanzar los objetivos planteados.
Dentro del proceso, la provincia tuvo que cumplir 219 indicadores para obtener la certificación necesaria del organismo internacional que avala estas calificaciones, que es la Unesco, la cual reconoce a los lugares que son ejemplo para la diversidad del planeta.
Para la Unesco, un Geoparque Mundial es un área geográfica delimitada donde los paisajes y lugares de relevancia geológica internacional son gestionados desde un concepto de protección, educación y desarrollo sostenible, que involucra a las comunidades locales.
“El ser un Geoparque Mundial significa poner en valor el patrimonio geológico natural y cultural de la provincia, para que no seamos acreditados solamente por un periodo corto sino que pensamos que puede ser permanente”, Carlos Merizalde, Director de Geoparque Imbabura
Imbabura es parte de la Red de Geoparques de América Latina y el Caribe, así como de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco.